El conflicto de Antonio Escohotado con la mafia corso marsellesa tras fundar la discoteca Amnesia en Ibiza
A mediados de los 80, el filósofo Antonio Escohotado fundó la discoteca Amnesia en Ibiza. Algo que no se tomó muy bien la mafia corso marsellesa, que provocó que el pensador acabara en la cárcel. Andrés Moraleda recuerda esta historia en la Cápsula del Tiempo de Por fin no es lunes.
El pasado domingo 21 de noviembre falleció en Ibiza, a los 80 años, el filósofo Antonio Escohotado, que se hizo popular a finales de los 80 y principios por su obra ‘Historia general de las drogas’ y su posición anti-prohibicionista. Lo que no mucha gente conoce es cómo surgió aquel ensayo: Una historia en la que se mezcla la discoteca Amnesia, la mafia corso-marsellesa y una estancia del filósofo en la cárcel. Andrés Moraleda viaja con la Cápsula del Tiempo de Por fin no es lunes a la salvaje y hippie Ibiza de los años 70 para recordar esta sórdida aventura.
En el año 1970, Antonio Escohotado, se pidió una excedencia de su puesto de funcionario en el Instituto de Crédito Oficial (ICO) y marchó a Ibiza en busca de aventuras. Se fue con su mujer y su hijo, a una casa sin luz ni agua a corriente, para vivir de traducir y practicar lo que tanto había teorizado hasta entonces: el comunismo (el de la comuna) y el amor libre. Una aventura que fluyó apacible y narcóticamente, hasta que, en 1975, tras morir su madre, Antonio Escohotado decidió invertir el dinero de su herencia en la fundación de una discoteca: Amnesia.
Lo que con el tiempo se convirtió en uno de los templos más importantes de la música electrónica, en sus inicios, fue otra cosa: en primera instancia, Escohotado decidió llamarla ‘El taller del olvido’. Y era eso, un lugar para evadirse, pero de una forma hippie. Había bandas en directo, y sí, mucha droga, la que tomaban y distribuían los propios hippies. Y claro, eso no gustaba a mucha gente, entre ellos a la mafia corso-marsellesa. Una organización que llegó a desvalijar la casa payesa en la que vivía Escohotado con su familia y le presionaba continuamente para que trabajara para ellos. Ir a la policía era inviable, ya que desde que el pensador abrió Amnesia, le tenían cogida la matrícula y le estaban intentando cazar por ser, como dijo el Diario 16, un “traficante de droga dura” y un “delincuente frío y calculador”. Llevaban años intentando echarle el guante al filósofo, y se lo quitaron de en medio en 1983.
Cómo acabó Antonio Escohotado en la cárcel
Esta fue la jugada: Un viejo amigo de Escohotado se presenta en su casa acompañado de dos tipos. Uno llevaba una pistola por bandera y el otro iba bien provisto de jeringuillas (y no porque fuese enfermero). Le dicen que quieren “al menos medio kilo de cocaína”, y, oh casualidad, a los 10 minutos aparece por ahí uno de los camellos de la mafia corso-marsellesa para ofrecer el producto. Cerraron el trato: Al día siguiente debían hacer el intercambio en un restaurante de la zona y Escohotado debía asistir como “garantía para ambas partes”.
Casualidad o no, al día siguiente, en plena transacción, apareció la policía. El filósofo siempre defendió que todo aquello fue un montaje urdido entre la mafia corsa y la policía para quitárselo de en medio. Y de en medio, se quitó. Fue condenado a dos años y un día de prisión por “tráfico de drogas en grado de tentativa imposible”. Y acabó con sus huesos en la cárcel de Albacete. Una estancia que, lejos de suponer una condena, fue una suerte de retiro pagado que aprovechó para escribir la obra que le lanzó a la fama: ‘Historia general de las drogas’.
Y todo comenzó con una discoteca en Ibiza y un conflicto con la mafia corso-marsellesa… A pesar de todo, con los años, Antonio Escohotado volvió a Ibiza a pasar sus últimos años de vida, aunque ya no reconocía aquella isla que tanto había cambiado debido al turismo atraído por templos de la música electrónica como Amnesia. Aunque antes que el house y las drogas de diseño, allí estuvo Escohotado, que recordó esta historia en su libro 'Mi Ibiza privada' (Espasa, 2019).