EL EDITORIAL DE ISABEL LOBO

Buenos días de luz y de color: "La era del colapso que vivimos es la gran tradición generacional"

Isabel Lobo arranca este 'Por fin no es lunes' de Semana Santa reflexionando acerca del colapso, de hacia dónde vamos, de lo que nos espera en el futuro como civilización y de todo lo que nos perdemos por estar siempre pensando en el presente, ese presente que nos tiene saturados y del que hay tanto por gestionar.

ondacero.es

Madrid | 08.04.2023 09:04

Buenos días de luz y de color: "La era del colapso que vivimos es la gran tradición generacional"

Buenos días, de luz y de color, de lo esencial que es invisible a los ojos o como el que ahora está despierto, pero no muy convencido de ello. O como el que duerme y sueña que está despierto. Todo según y según cómo nos lo han contado muchas de las historias que conocemos casi siempre coinciden en algo. Tienen como escenario un mundo que desaparece o que como nosotros o alguno de los que estamos aquí, está a punto de hacerlo. Esto sucede siempre.

Por si hay alguien pendiente, este sábado 8 de abril -que ya sé que nunca pasa nada y todos están apurando las últimas horas del fin de semana y la Semana Santa- me apetece hablarles de un concepto que nos sitúa bastante en el mundo, más allá de estas vacaciones. Una palabra: el colapso.

A veces, uno tiene la sensación de que cada día estamos invirtiendo en los confines, en el 'hacia dónde vamos' o el 'a dónde iremos a parar'. Desde hace algunos años, esta idea de prosperidad, de avanzar, del progreso ha ido cogiendo otra forma. Se empezó a hablar del crecimiento y más aún del crecimiento económico.

La pregunta es ¿cuál es ahora el futuro de nuestra civilización? Pareciera como si todos los que nos han precedido tuvieran muy claro hacia dónde querían llegar. Y en esta parte del siglo, no sé qué pasa, pero es como si nos hubiéramos desorientado.

Podría ser casualidad queestemos sobreviviendo año tras año unas crisis que se solapan con otras. Quizás, la económica con la sanitaria o la social. Crisis del bienestar, la climática, la natalidad. Al final estamos hartos de malas noticias y parece que una de las soluciones es dejarlo estar.

Y ese es el procesionar habitual de la semana, pero el fin de semana es otra cosa. El fin de semana estamos para ser futurólogos, soltar algún que otro discurso apocalíptico, pseudomaya y ahí está la cosa: en hacernos coincidir en un momento, a una hora y en una sintonía en una onda.

Y esto del colapso se lo presto para que le den una vuelta porque estamos saturando de presente y hay presente que gestionar que algunos ya han dado por perdidos muchos privilegios de nuestra existencia. Por ejemplo: mirar al cielo. Cada uno sabrá cómo lo hace. Vemos por los pulgares y nos guiamos por lo que otros dicen y las constelaciones nos suenan a postre de Carnaval.

Sé que es temprano para hacerlo, pero lo pregunto: ¿Hace cuánto no miran al cielo? Y si lo recuerdan, habrán notado que cada vez se ven menos estrellas y el mensaje es brutal: puede que ese colapso del que hablamos, la era del colapso que vivimos es la gran traición generacional.

Así que mientras remueven el café y piensan en la era en la que estamos, si vivimos en la era de los prevenidos, aquí vamos a bordo de la radio. Una vez que se está en marcha, sólo importa la hora de llegada: las 12:00 horas. La temperatura del aire es magnífica, la onda, de buena calidad, y el programa de radio que escuchan tiene límites de optimismo infranqueables, a prueba de cualquier posible colapso.