Andrés Torres pasó del fuego a los fogones, pero nunca ha dejado de pisar suelo en conflicto. El chef lleva treinta años comprometido con la ayuda social a través de su ONG, Global Humanitaria, y quince como cocinero. Inspirado en la cocina callejera, apuesta al máximo por la sostenibilidad fabricando hasta sus propios platos por eso su restaurante, Casanova, ha ganado la Estrella Verde Michelin.
Cuando estalló la guerra en Ucrania,este chef catalán, no dudó en acudir al país para repartir lo más urgente que necesitan: comida. Desde ese día ha hecho ya seis viajes a la tierra invadida por Rusia en los que también ha llevado camillas, generadores de luz y todo tipo de recursos para los civiles que están sufriendo el conflicto.