Djokovic Johnson: La película de los privilegiados que no querían seguir las normas
Novak Djokovic y Boris Johnson han sido protagonistas de una semana cuyo guion, de serie o de película, intenta perfilar Andrés Moraleda en Por fin no es lunes.
Más allá de la polémica de las macrogranjas, esta semana ha estado marcada por otra polémica que no parece tener fin, la del tenista Novak Djokovic, que finalmente ha sido deportado de Australia por su negativa a vacunarse para entrar en el país para jugar el Open de tenis. Y en esta semana también ha sido noticia otro personaje que tampoco siguió las normas: Boris Johnson. El primer ministro británico ha admitido que estuvo en una de las fiestas que tenían lugar en Downing Street durante los meses más duros de la pandemia, cuando estaban prohibidas las reuniones en interiores en el Reino Unido.
Parecen dos guiones distintos, pero en realidad forman parte de la misma película o serie. O eso cree Andrés Moraleda, que sigue empeñado en demostrar en Fuera de guion de Por fin no es lunes que todo está en el cine. Incluso dos personajes tan pintorescos como Djokovic y Johnson.
Vamos primero con lo de Djokovic, que parece que ya podemos ver el desenlace de este episodio. Pero es que no es el primero ni el último de este tenista, número 1 del mundo, que, como muchos otros en la historia de este deporte, han sido héroes y villanos dentro y fuera de la pista. Lo hemos visto en la película ‘Borg McEnroe’ (Janus Metz Pedersen, 2017), que narra la historia de la rivalidad entre dos leyendas del tenis: el sueco Björn Borg (Sverrir Gudnason) y el norteamericano John McEnroe (Shia LaBeouf).
Esta película muestra dos tipos de perfiles de grandes tenistas: El metódico y super profesional Borg y el impulsivo y polémico McEnroe, que sería el Djokovic de la película de estas semanas. Por cierto, McEnroe, que ha dicho del serbio que es “el mejor jugador que ha visto en una pista de tenis”, también ha afirmado que puede “terminar como Tiger Woods”, en relación a sus polémicas. Polémicas alimentadas por un séquito de aficionados, amigos y familiares (con su padre al frente), que han querido hacer de Djokovic una especie de Espartaco del deporte. Una figura como la que representó en su momento Muhammad Alí, cuya vida se retrató en la estupenda película de Michael Mann 'Alí'.
Pero más que ‘Alí’, protagonizada por un estupendo Will Smith, en la que se contaba cómo el boxeador se convirtió en un icono antibelicista cuando se negó a ir a Vietnam, la película de Djokovic y su cruzada contra la vacunación al final se ha parecido más a ‘La Terminal’ (Steven Spielberg, 2004).
¿Y qué tiene que ver lo de Djokovic con lo de Boris Johnson?
Al final no dejan de ser dos argumentos de una misma historia. De unos privilegiados que deciden que las normas no son para ellos, aunque, como en el caso de Johnson, las hayan dictado ellos. “Cuídate de los Idus de marzo”, escribía Shakespeare (en ‘Julio César’), y Boris Johnson poco cuidado ha tenido. ¿Acabará este escándalo con el presidente? Veremos, pero en estos tiempos en los que cosas como la verdad o el seguir las normas no están muy de moda, el desenlace lógico de esta serie es de todo, menos lógico. Y es que la política actual, ‘Partygate’ incluido, parece sacada de un episodio de ‘House of Cards’.