¿Conoces el movimiento PROVO?
Los miembros del movimiento PROVO en Países Bajos están detrás de acciones muy importantes que cambiaron la sociedad de los Países Bajos desde los años 60.
Hace ya unos meses Jaime Novo hablaba de Christiania, ese pequeño enclave, poco más que un parque grande, con sus propias leyes y considerado “fuera” de la Unión Europea a pesar de estar en pleno centro de Copenhague… pues bien, os contaba que esa comuna de marcado carácter hippie había sido fundada por el movimiento PROVO… y ese movimiento tiene muchas curiosidades de las que hablar
¿De dónde viene ese nombre, PROVO?
Es una derivación de “provocación”. Era un movimiento sobre todo estudiantil holandés, contracultural que pretendía provocar, llamar la atención atacando con actos muy llamativos pero en general pacíficos, las estructuras sociales, políticas y culturales de los 60 en Europa. Contra el mundo gris…. Venga colorines. La gran diferencia con el movimiento hippie era que tenían la intención de cambiar las cosas y tenían una forma de hacerlo muy particular: con sus acciones, en la mayoría de las ocasiones repletas de sentido del humor, pretendían que la sociedad de traje y corbata de la época, se replanteara algunas cosas.
Una Europa con falta de color
Ellos lo definían como humor absurdo y agresividad “no violenta”: Una de las primeras acciones fue la de Robert Jasper, un limpiacristales, que decidió ir vestido de payaso para, mientras hacía su día a día, reírse y mofarse de las autoridades. Pero claro, eran hippies en el fondo, así que una de las grandes reivindicaciones fue la legalización del cannabis. Siendo ya un grupo más numeroso y organizado, inventaron el “marihuettegame”. Quienes querían jugar a este divertimento, pagaban una pequeña cantidad de dinero que iba a un bote. Cuantos más se apuntaban, mayor era el bote. Y ¿Quién ganaba? Muy fácil. Aquel que fuera detenido más veces por consumir marihuana en la calle. Así que Ámsterdam se llenó de PROVOS provocando y fumando extraños cigarrillos sin filtro frente a instituciones, cuerpos de seguridad y demás rectas instituciones.
Ellos lo definían como humor absurdo y agresividad no violenta
Pero si por algo se les conoció, fue por sus grandes acciones blancas. Los planes blancos. El más llamativo fue el Plan Blanco de bicicletas. Cansados de tanta contaminación y de tanto coche, consiguieron llenar las calles de Ámsterdam con miles y miles de bicicletas pintadas de blanco. Circulaban por todos los lados, de manera errática… Consiguieron colapsar la ciudad pero no hubo consecuencia penal alguna porque salir a la calle con una bici blanca no era ilegal. Y sigue sin serlo. Una imagen casi icónica es la de la gran sentada llena de bicis frente a la Plaza de los Museos que dio la vuelta al mundo.
Otras iniciativas de los PROVOS
Otro de los planes blancos fue pintar precisamente de blanco, las chimeneas de las fábricas y hogares que, a juicio de los provos, echaban más humo del que debían. Otro… el Plan Blanco de los rumores, que difundía chismes muy creíbles entre medios de comunicación creando pequeños estados de alarma entre la población. Hoy en día, que sea legal el consumo de cannabis en Países Bajos, que las ciudades Holandesas sean tan limpias y que todo el mundo vaya en bici por las calles se les achaca, en gran medida, al movimiento PROVO.