Madrid |
Benjamin Netanyahu encabeza los sondeos de popularidad en su país. El primer ministro israelí ha conseguido, en sólo un año, darle la vuelta a la tortilla. La masacre del 7 de octubre le despeñó en el índice de aprecio ciudadano. Sin embargo, las últimas operaciones en las que ha arrasado Gaza, pero ha descabezado a Hamás, que está sometiendo a bombardeos continuos a Líbano, pero ha acabado con la cúpula de Hezbolá, al tiempo que augura el mismo final para cualquier sucesor al frente de la milicia pro iraní, le ha devuelto la consideración de los votantes.
El responsable de la diplomacia europea, Josep Borrell, decía esta mañana en Onda Cero que ya hace tiempo que el mandatario hebreo tiene interiorizado que sólo desestabilizando la zona, su país recuperará la posición de fuerza. Y Netanyahu se ha puesto a ello.