Pedro Sánchez ha sido clarísimo en la Televisión Pública. Primero: que terminaremos aceptando la amnistía por la vía de los hechos consumados.
Segundo: que el mecanismo del verificador es necesario porque estamos en una situación excepcional sin especificar por qué es excepcional salvo para él mismo.
Tercero: admite que la misma noche de las elecciones se dio cuenta de que él podría gobernar por lo que en su cabeza ya estaba pactar con el fugado costara lo que costara. Y sobre todo, sostiene que en España hay guerra sucia judicial.
Resumen. Que con el tiempo nos olvidaremos de esta infamia para la que ha aceptado un verificador que estime nuestra calidad democrática porque él está en una situación excepcional: sin Puigdemont no puede gobernar. Y si para eso hay que aceptar que un poder del Estado, el judicial, tira de cloacas, pues se hace y punto.