El fiscal general del Estado utiliza su cargo como escudo de protección personal. No dimite para proteger a la fiscalía sino para utilizar todos los recursos de esta en su propio beneficio y practica una gestión bananera de la institución al enredarse en una guerra con una rival política del actual gobierno, Isabel Díaz Ayuso.
Esta ha sido parte de la exposición del fiscal del Supremo, Salvador Viada, compartida por muchos otros representantes del Ministerio Público que se lo van a hacer saber a García Ortiz tanto en la Junta de Fiscales como en el Consejo Fiscal.
Sin embargo, el fiscal general mantiene que volvería a publicar los datos personales de un particular. Ese es el problema. García Ortiz tiene una venda ideológica tal que se ha olvidado del juramento que hizo en su día. Guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y desempeñar fielmente las funciones fiscales.