Minuto económico: Año Nuevo

Minuto económico: Año Nuevo

El archipiélago de Juan Fernández, que agrupa entre otras a la isla de Robinson Crusoe, vive este nuevo año de forma diferente. Según el calendario maya, el fin del mundo llegará el 21 de diciembre de este mismo 2012 que acabamos de estrenar. La única parte de la Tierra que sobreviviría a esta pretendida catástrofe serían esas lejanas e inhóspitas islas del Pacífico, frente a las costas de Chile. Pero no hay de que preocuparse, creo. Cada seis meses alguien profetiza el fin de todo, ya sea del planeta, del Universo, de Occidente, de la democracia, del sistema capitalista o del euro. Bueno, en el caso del euro el anuncio de su extinción es más repetitivo. Más de un analista, casi siempre anglosajón, augura el final de la eurozona cada quince días. Sin embargo, la moneda europea es toda una superviviente. Lleva diez años con nosotros a pesar de crisis, recesiones y turbulencias. El 2012 lo estrenamos con nuevos ajustes fiscales y recortes presupuestarios. No sólo en España. Antes pasaron por este trance Grecia, Italia, Irlanda, Portugal, Francia e incluso el Reino Unido. Pero como siempre, la cartera propia es la que más duele. Esta próxima semana se acaba la tregua en los mercados. En este 2012 los bancos europeos, así, sin anestesia, deben encontrar unos 700 mil millones de euros para recapitalizarse. En esta carrera para conseguir dinero entran en juego también los Gobiernos. Por ejemplo, España debe refinanciar 125 mil millones de deuda pública. Los tres primeros meses pueden ser de aúpa. El Ejecutivo de Zapatero tardó casi dos años en reconocer la crisis y casi tres en tomar medidas de ajuste. El de Rajoy ha tardado 9 dias. No hay tiempo que perder y de ahí un ajuste fiscal más arriesgado y ambicioso de lo esperado. Por eso también, el Gobierno quiere la Reforma Laboral para dentro de unos dias y la reestructuración del sistema financiero para marzo. No hay margen y no por el calendario maya sino por la situación económica.
El archipiélago de Juan Fernández, que agrupa entre otras a la isla de Robinson Crusoe, vive este nuevo año de forma diferente. Según el calendario maya, el fin del mundo llegará el 21 de diciembre de este mismo 2012 que acabamos de estrenar. La única parte de la Tierra que sobreviviría a esta pretendida catástrofe serían esas lejanas e inhóspitas islas del Pacífico, frente a las costas de Chile. Pero no hay de que preocuparse, creo. Cada seis meses alguien profetiza el fin de todo, ya sea del planeta, del Universo, de Occidente, de la democracia, del sistema capitalista o del euro. Bueno, en el caso del euro el anuncio de su extinción es más repetitivo. Más de un analista, casi siempre anglosajón, augura el final de la eurozona cada quince días. Sin embargo, la moneda europea es toda una superviviente. Lleva diez años con nosotros a pesar de crisis, recesiones y turbulencias. El 2012 lo estrenamos con nuevos ajustes fiscales y recortes presupuestarios. No sólo en España. Antes pasaron por este trance Grecia, Italia, Irlanda, Portugal, Francia e incluso el Reino Unido. Pero como siempre, la cartera propia es la que más duele. Esta próxima semana se acaba la tregua en los mercados. En este 2012 los bancos europeos, así, sin anestesia, deben encontrar unos 700 mil millones de euros para recapitalizarse. En esta carrera para conseguir dinero entran en juego también los Gobiernos. Por ejemplo, España debe refinanciar 125 mil millones de deuda pública. Los tres primeros meses pueden ser de aúpa. El Ejecutivo de Zapatero tardó casi dos años en reconocer la crisis y casi tres en tomar medidas de ajuste. El de Rajoy ha tardado 9 dias. No hay tiempo que perder y de ahí un ajuste fiscal más arriesgado y ambicioso de lo esperado. Por eso también, el Gobierno quiere la Reforma Laboral para dentro de unos dias y la reestructuración del sistema financiero para marzo. No hay margen y no por el calendario maya sino por la situación económica.