LOS PROTAGONISTAS DE 'ANNUAL, 1921'

Manuel Fernández Silvestre

El general Silvestre ordenó a sus tropas cruzar el río Amekrán para ocupar una posición en la cabila de Tensaman, lo que propició el ataque de las tribus rifeñas y, en consecuencia, el Desastre de Annual.

ondacero.es

Madrid | 19.07.2021 06:20

Manuel Fernández Silvestre, 'Annual, 1921' | Commons.wikimedia.org/Ondacero.es

Nació en diciembre de 1871 en El Caney, Cuba. Era hijo del teniente coronel de artillería Víctor Fernández Pentiaga y su esposa en segundas nupcias, Eleuteria Silvestre Quesada.

A los 17 años, ingresó en la Academia General Militar de Toledo, donde coincidió con Dámaso Berenguer Fusté, dos años más joven que él. El 9 de julio de 1891 pasó a la Academia de Caballería de Valladolid, donde se graduó como 2º teniente tres años después.

Destinado en Cuba

Comenzó su servicio en Cuba en el regimiento expedicionario de caballería Tetuán, donde ascendió a primer teniente y recibió varias condecoraciones por las numerosas acciones en las que intervino contra los insurrectos cubanos. En el combate de Arango de 1896, mató con su sable a 28 mambises y fue gravemente herido por cinco balas. Los mambises le capturaron y atándole a las ramas de un árbol, le acuchillaron once veces hasta dejarle moribundo. Sin embargo, Silvestre pudo ser rescatado y logró recuperarse de las graves heridas. Un año después, tras varias acciones heroicas, fue ascendido a capitán por méritos de guerra.

En 1904 fue nombrado jefe del escuadrón de cazadores Alcántara, de guarnición en Melilla. Estudió en la Escuela Oficial de Árabe y obtuvo el título de intérprete. En agosto de 1908 fue destinado a Casablanca como jefe superior instructor de la Policía Jerifiana, haciéndose cargo de las tropas españolas que había en la ciudad.

Tras varios años de ascensos en el rango militar, en 1913 fue nombrado comandante general de Larache al constituirse el protectorado español en Marruecos. Después de un tiempo destinado en Madrid por desavenencias con el general José Marina Vega, y en los que ejerció como ayudante del Rey, ascendió a comandante general de Ceuta en 1919.

Apenas un año después, en 1920, fue nombrado comandante general de Melilla, desde donde se empeñó en ocupar cuanto antes el territorio rifeño de la bahía de Alhucemas, con el apoyo del rey Alfonso XIII. La operación no entusiasmaba sin embargo a Dámaso Berenguer, Alto Comisario del Protectorado, más partidario de dar preferencia a la ocupación del Yebala, en la zona occidental.

Desastre de Annual 1921

Hasta mayo de 1921, Silvestre consiguió que sus tropas avanzasen por el Rif sin apenas resistencia, pero subestimó la capacidad de Abd-el-Krim para convertir las autónomas harcas rifeñas en un ejército unido y disciplinado que lucharía contra los españoles en su avance por el norte de Marruecos.

En lugar de escuchar los consejos y advertencias de otros militares que sugerían esperar a que llegasen refuerzos, Silvestre ordenó a sus tropas cruzar el río Amekrán para ocupar una posición en la cabila de Tensaman. La pérdida del Monte Abarrán y la posterior derrota de Igueriben precipitaron el llamado Desastre de Annual, que supuso la muerte y desaparición de entre 10.000 y 12.000 soldados, más otro millar que fueron hechos prisioneros. En apenas dos semanas se perdieron unos terrenos que había costado 12 años conquistar.

Silvestre murió el 22 de julio de 1921 en el campamento de Annual, donde decidió permanecer para su defensa, pero su cadáver nunca pudo ser encontrado.

En una entrevista concedida por Mohamed ben Abd-el-Krim al periodista español Fernando P. de Cambra en 1954, el jefe rifeño negó que sus tropas hubiesen matado a Silvestre tras hacerle prisionero: “Si hubiera sido hecho prisionero le habríamos respetado la vida como hicimos con el general Navarro. El general Silvestre se suicidó en Annual cuando vio que la posición ya no podía resistir más. Fue un bravo soldado que no admitía la derrota. Tal vez fuera demasiado impulsivo. Tuve entre mis manos su fajín”.