Historias del Valle sin retorno: La República Popular de Cambridge/ The People´s Republic of Cambridge
El agente del FBI Chuck Madera, de ascendente italiano y muy devoto él de la virgen, utiliza el viejo método del suplicatorio para encontrar aparcamiento en Cambridge. "Holy Mary, full of grace, let me find a parking space." / "Santa María, llena eres de gracia, haz por favor que encuentre una plaza." Su acompañante le mira atónito y le increpa: "Chuck, no necesitamos encontrar un hueco. Venimos en misión oficial. Puedes dejarlo en la misma puerta del hospital."
A ver si al final va a llevar razón Jousé Hulio en su comentario. Cuando la semana pasada John Donahue le informó a su cuñado que el FBI se hacía cargo de la misteriosa desaparición de Kathy, y que eso le infundía nuevas esperanzas, Jouse Hulio, le sorprendió con un "pues a mí ninguna. El FBI, el FBI…. Habéis visto muchas películas. Ojalá se pudiese encargar de esto la guardia civil."
Cambridge es un sitio especial. Sede de las universidades de Harvard y MIT, y separado de Boston tan sólo por el estrecho río Charles, lo llaman The People´s Republic of Cambridge / La República Popular de Cambridge, para diferenciarlo claramente de la urbe conservadora. Y le dicen The People´s Republic y no The Popular Republic porque, en inglés, popular no se refiere al pueblo, sino a la fama. Por eso, algunos miembros del gobierno español meten sin saberlo la pata cuando hacen declaraciones a medios extranjeros y se refieren a su partido como The Popular Party / el partido famoso; cuando en inglés deberían llamarlo The People´s Party / el partido de la gente.
El espíritu de Cambridge, Massachusetts, se refleja fielmente en The Good Will Hunting / El indomable, la primera película de Matt Damon como protagonista. Con construcciones bajas y garitos de música en directo – en los que probar hoppy beer, cerveza casera con un punto extra de amargor como la célebre Whale´s Tale / Cola de Ballena – Cambridge está plagado de estudiantes y es ampliamente conocido por su enorme promiscuidad. La pregunta aquí no es WHAT did you do last week? / ¿QUÉ hiciste la semana pasada?; sino WHO did you do last week? / ¿A QUIÉN te tiraste la semana pasada?
El agente Madera y su compañero dejan el coche en la calle Harvard, montado en la acera de entrada a urgencias, y suben al Hospital. En la tercera planta, el doctor Guss Sanders, trabaja en la prevención del cáncer de colon y ya sueña con un premio Nobel. Cuando los agentes preguntan por él, les hace pasar a su laboratorio y les explica el proceso.
Las células se replican una vez por semana. El resultado es una célula idéntica, con el mismo ADN. Cuando se produce un fallo, como los genes no admiten bien las variaciones, las nuevas células mueren. Pero, misteriosamente, a veces algunas células con un ADN fallido consiguen sobrevivir. Piensan, "hombre, tampoco está tan mal ser diferente", roban los genes de crecimiento embrionario a otras células y descubren que se pueden duplicar. Cada semana o, mejor, ¿por qué no?, cada día o cada hora. Y les encanta. A esto se le conoce como tumor. El asunto se complica porque las células rebeldes no respetan su propio ADN y, al replicarse, producen otras con un ADN distinto. Por eso el tumor crece rapidísimo. Aplicas quimioterapia y, a lo mejor, matas al 99 por ciento de las células malignas, pero te puede quedar un uno por ciento que ya se ha reproducido con un nuevo ADN que es inmune al tratamiento.
"Interesante" – comenta el agente Madera, que sigue las explicaciones con detenimiento.
"En las células del colon se producen seis mutaciones antes de que aflore el cáncer" sentencia el doctor Sanders. "Si podemos evitar la primera, no se producirían las otras cinco y evitaríamos la enfermedad. Creo que he dado con un producto que puede realizar este trabajo. Estamos pendientes de las pruebas de laboratorio. Pero supongo que ustedes no han venido a verme por eso."
"No" sentencia el compañero de Chuk. "Investigamos la desaparición de la doctora Katherine Donahue." "Kathy?" – exclama Guss con cara de incrédulo. "No sabía nada..." "Ya" – replica Madera. "Verá, el caso es que tenemos un testigo ocular que asegura haber visto su coche aparcado delante de la casa de los Donahue el día de la desaparición." Guss se deja caer sobre una silla y se tapa la cabeza con las manos. "Oh my God!"