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El corazón de los palmeros es como sus plátanos: bueno por fuera y buenísimo por dentro

Asprocan busca impulsar el consumo de los plátanos de Canarias independientemente de su aspecto externo, el cual se ha visto afectado por la ceniza del Cumbre Vieja.

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Madrid | 28.06.2022 14:43

Comer con los ojos no siempre le hace justicia al producto. ¿Cuántos alimentos con buena apariencia externa nos defraudan en la boca y cuántos otros con peor aspecto resultan ser un manjar? Eso pasa estos días con el plátano de la Palma. Se tiñeron de ceniza por fuera a causa de la erupción del Cumbre Vieja, pero, por dentro, conservan esa belleza y ese sabor que les hace únicos e inigualables.

"Transmitir que, incluso en el caso del plátano de Canarias, es mejor el aspecto feo y con motitas, pues esto nos asegura que el consumidor va a encontrar en ese plátano lo que valora: el sabor. Además, le asegura que estaba delante de un plátano nuestro, español", dice el experto en marketing agroalimentario, Mateo Blay.

En el caso del plátano de Canarias, es mejor el aspecto feo y con motitas

La cáscara del plátano es el envase más inteligente que existe, un abre fácil que es capaz de resistir lo que le echen, un envoltorio a prueba de golpes… y de volcanes. Resistente contra el tiempo y las mareas. Un envase solo superable por el fruto que protege, porque la belleza está en el interior.

"Lo importante está en el interior"

Por su parte, la responsable del Departamento Técnico de ASPROCAN, Esther Domínguez, alega que "da igual que por fuera el plátano tenga un poco más de arañazos porque lo importante está en el interior": "La calidad no está en la piel del plátano, ya que lo que comemos es lo de dentro. La piel que tiene picadas de insectos es porque tiene menos tratamiento, o sea que, cuanto más impecable sea la fruta, menos natural es".

La calidad no está en la piel del plátano

Esos polvos trajeron estos plátanos que, aunque parezcan menos guapos de lo habitual, no se les puede hacer un feo. Conservan la esencia de lo que siempre han sido: una fruta, un postre, un alimento con múltiples propiedades que lo hacen indispensable en nuestra dieta.

Que la ceniza no nos impida ver el plátano. Los agricultores de la Palma nos necesitan más que nunca y si estamos dispuestos, que lo estamos, a echarles una mano, qué mejor manera que consumir el fruto de su trabajo y de sus desvelos.

El corazón de los palmeros es como sus plátanos: bueno por fuera y buenísimo por dentro.