Javier Ruiz Taboada: "No podemos acostumbrarnos al dolor ajeno porque no vaya con nosotros"
El periodista finaliza 'Más de uno' reflexionando sobre el individualismo generalizado.
Madrid | 06.05.2022 12:25
Una de las peores cosas que tenemos como sociedad es que nos acostumbramos a casi todo: a lo bueno y a los malo y, en ambos casos, el resultado suele ser el mismo: un desastre o algo peor.
Una vez superados los primeros momentos de miedo, de indignación, una vez convocadas las manifestación de repulsa… una vez que nos hemos llevado las manos a la cabeza y hemos puesto el grito en el cielo… los sucesos, las tragedias, los horrores y los errores se van colando en nuestra cadena de ADN hasta que se instalan en nuestra forma de estar y dejan de preocuparnos o al menos de ocuparnos.
Eso nos aleja de la realidad por conveniencia, por no querer saber, por no enfrentarnos a nada ni a nadie, en espera de que todo pase con más gloria que pena, a ser posible.
Aunque las cosas están cambiando y hemos aprendido a tomar conciencia de la gravedad de ciertas situaciones, somos olvidadizos, y vimos instalados en la comodidad del sofá, en la aparente inviolabilidad de nuestras cuatro paredes, escondidos en la habitación de un pánico que no queremos ver o que se vuelve tan normal que vuelve anormales.
Así, nos acostumbramos: a las guerras, a la violencia, al acoso, el espionaje, al maltrato, a la muerte… en especial si todas esas cosas las sufren y padecen los demás.
Y no. No podemos acostumbrarnos al dolor ajeno porque no vaya con nosotros.
No podemos dejar de denunciar las injusticias ni vivir con una venda en los ojos del corazón.
Flaco favor le hacemos con esa actitud a la convivencia, a la empatía, a las víctimas.
Puede que cualquier día quizá seamos nosotros los que salgamos en las noticias.
No nos acostumbremos al mal, porque, sin querer, acostumbrarse a la violencia o negarla, es otra manera de ejercerla.