Javier Ruiz Taboada: "Nunca es demasiado, dicen"
El periodista finaliza el programa reflexionando sobre el exceso de ambigüedades entre las que nos movemos.
Madrid | 18.01.2022 12:59
Siempre se ha dicho que “nunca es demasiado” refiriéndose a lo bueno quiero suponer.
Este adverbio con vocación de pronombre y viceversa, pero siempre indefinido, cuando se asocia a lo que engorda, cansa o te hace vomitar, sí que es demasiado.
Los excesos se pagan: Comer demasiado, beber demasiado, amar demasiado, pagar demasiado, esperar demasiado, pensar demasiado, hablar demasiado, gastar demasiado (salvo que tengas el dinero por castigo), queduela demasiado… en estos casos decir lo de que “nunca es demasiado” roza el masoquismo sin fronteras.
Es como cuando afirmamos, refiriéndonos a algunos, no sabemos cuántos, que “todo el mundo…tal o cual” ¡Hombre! todo el mundo quizá sea mucho decir, demasiada gente para mi disgusto. Todo el mundo también es demasiado.
Como contrapunto está: lo suficiente, lo necesario, lo justo, lo correcto. En este punto me acuerdo de aquello que también se decía para explicar la diferencia entre lo justo y lo correcto. El ejemplo que se usaba era que si, de repente, un desconocido o desconocida te introduce a traición el dedo indice por vía ano rectal: queda justo, pero no es correcto.
Nunca es demasiado, dicen. Que se lo pregunten a los que padecen demasiado, a los que no soportan demasiado ruido, a los que tienen demasiado miedo, demasiada ansiedad, demasiado frio, demasiada necesidad, demasiada poca memoria.
Nunca es demasiado siempre y cuando no lo sea. Hasta lo absoluto es relativo. Y en este exceso de ambigüedad nos movemos y nos mueven.
Demasiado aguante tenemos. Demasiados matices para tan poca sintonía.