Madrid | 23.06.2022 14:05
Sigo sin entender por qué se cumple tan a rajatabla lo de que “la historia se repite”, sobretodo la historia mala, la que nos conduce una y otra vez: a las guerras, al desabastecimiento, a la ruina social, a la fatiga real, a estrellarnos una y otra vez contra el mismo muro, a tropezar cada dos por tres con la misma piedra, a cometer los mismos errores, sin que hayamos sabido encontrar jamás una solución ni a corto, ni “a medio” (como el mono de Marco) ni a largo plazo. O lo que sería lo ideal: una solución para siempre.
Ignoro a estas alturas, visto lo visto, si es que no damos para más y somos incapaces de hacer otra cosa que no sea legislar medidas inútiles o que somos más tontos de lo que nos creemos o tan vagos que, históricamente, hemos puesto en manos de cualquiera nuestros designios: por dejadez y por tener a alguien a quien echarle la culpa de nuestras desgracias.
Hemos avanzado tanto que seguimos estando en el mismo sitio y en las mismas. La misma energía, la misma impotencia, las mismas guerras, las mismas caras de asombro, las mismas rutinas, las mismas ruinas, la misma sumisión.
Parafraseando: Nuestras vidas son las crisis que nos vamos a tragar hasta morir. Y suma y sigue.