Madrid | 16.02.2022 13:59
Se puede querer tenerlo todo, pero poder tenerlo todo es harina de otro costal. Las circunstancias nos obligan a elegir constantemente por una opción u otra, por una persona u otra, por un partido u otro, por una pareja u otra, por una forma de vida u otra.
Elegir: los estudios, el trabajo, el lugar en que vivir, los muebles, el color de las paredes, los amigos, el amor, el estilo de vestir, la marca de papel higiénico, a quien votar, con quien dormir, qué pensar de cada cosa, de qué cosas pasar.
Nuestra existencia es un ejercicio constante de tomar partido, de tener colores, de decidir que es lo mejor para uno y para los que nos rodean, de apoyar una causa u otra, de querer que te incineren o te entierren, de hacer ejercicio o que te lo hagan, de ser moderado o radical, de ser tonto o ser “mu tonto”.
Por eso lo de "haz lo que quieras" es una entelequia, en todo caso haz lo que puedas y procura que lo que decidas emprender no haga daño a nadie.
Soplar y sorber no puede ser. Igual que no se puede estornudar con los ojos abiertos.
¿Es una putada? Es una putada.
A ver, por poder se puede tener todo, pero atente a las consecuencias, porque puede que termines sin nada.