Primero, calentamos el horno a 180ºC.
A continuación, colocamos las patatas enteras lavadas con piel sobre una base de sal gorda y las asamos en el horno durante 40 minutos. Una vez pasado el tiempo, las abrimos en dos y rescatamos la pulpa con una cuchara. Lo ideal sería pasar esa pulpa por un colador fino de malla para conseguir una pulpa fina de patata asada. Tendría que pesar alrededor de 500 gramos.
Luego, hacemos una bechamel. Para ello, fundimos los 110 g de mantequilla, añadimos la harina y le damos vueltas. También, añadimos la leche y la nata hervidas aparte. Trabajamos la bechamel hasta que quede untuosa y la cocinamos durante unos 10 minutos.
Añadimos a la bechamel la pulpa de patata y batimos esta mezcla en con una túrmix agregando los 50 gramos de mantequilla en dados, hasta obtener una masa fina.
Rectificamos el sazonamiento y lo dejamos enfriar.
Después, boleamos la masa (hacemos bolas), las empanamos pasadas por huevo y pan rallado.
Es muy importante que las croquetas reposen en la nevera antes de freírlas, de lo contrario pueden reventar.
Por último, freímos las croquetas en aceite de olvia y las escurrimos.