Las hierbas culinarias que utilizamos hoy en día han sufrido "un proceso de prueba y error" durante generaciones, que ya las trataban por sus propiedades. El romero y el tomillo, por ejemplo, dan aceites muy buenos para la piel, son antiinflamatorios y ayudan a la digestión.
Desde el castillo de Manzanares el Real hablamos con Ana Luego, arquitecta paisajista y responsable del proyecto de acondicionamiento de los jardines del castillo, y Miguel Ángel Mateos Sánchez, chef de Inclán Brutal Bar, en Madrid y un apasionado de las hierbas aromáticas, para conocerlo todo de estas plantas.
En la cocina, las hierbas aromáticas mediterráneas se utilizan para hacer marinadas, aceites y aromas. Las grasas se impregnan rápidamente de estos aromas, por lo que se utilizan para asados, guisos, arroces, salteados, etc. "La gastronomía mediterránea sin hierbas aromáticas no tiene ningún sentido", dice Miguel Ángel.
Antes el descubrimiento de América, productos tan típicos de nuestra dieta como el tomate, el café, el chocolate o los pimientos, no existían. Lo curioso es que van apareciendo plantas que incorporamos a nuestro pasado, que no son españolas.
Uno de los casos más típicos de España es el del pimentón de la Vera. Los pimientos son de origen americano, mexicano, pero a Colón le recibieron los Reyes Católicos en el Monasterio de Guadalupe, en Cáceres. A partir de ahí, en todo Cáceres se recoge ese producto como único de la zona.
Además, las hierbas también eran conservantes, los alimentos no perduraban en el tiempo si no se les echaba estas especias, que mataban, eran antisépticas y antibacterianas. Por ello, "las utilizaban en los alimentos para poder seguir cocinándolos", explican Ana y Miguel Ángel.
El pimentón, por ejemplo, en el siglo XVI se exportaba a toda Europa desde España porque era un gran conservante.
A la hora de cocinar con plantas aromáticas, Robin Food recomienda la tortilla de ajo y perejil, incluir hojas de salvia en los asados, añadir menta en la macedonia, hacer una sopa de melón triturado y menta, o añadir albahaca a los sofritos de tomate, que le dan un perfume embriagador.