Quitar los tallos gruesos a los espárragos, pelarlos y colocarlos en una cazuela ancha y baja, todos apretados, sin amontonar.
Cubrirlos de agua justo al ras y arrimar a fuego suave, tenerlos hasta que evapore completamente el agua, sin que se quemen, andar al loro.
Cuando falte un minuto para apagar, añadir las habas para que cojan temperatura y se cocinen con el último suspiro.
Mientras, escalfar los huevos, arrimando un puchero alto y estrecho al fuego y en cuanto asome el hervor, añadir un chorro de vinagre y hacer un remolino con una cuchara para que el agua gire. Ahí vamos escalfando los huevos de a dos, lanzados de uno en uno cascados en una taza. El agua gira y la clara abraza la yema y el huevo queda rollizo como yo y no espachurrao. Luego, los escurrimos, aunque también se pueden freír.
En la misma cazuela o en una fuente colocar los espárragos con las habas y encima los huevos, puestos con ilusión.
Regar con un chorrazo de aceite elegante, una pizca de sal y listo … rompes los huevos y hacen de salsa de los espárragos.