David de Jorge ya tiene puesta toda la decoración de Navidad en su casa, con el árbol, luces, bolas y guirnaldas. Además, tiene el arcón congelador lleno de platos listos para descongelar en las cenas y comidas navideñas. La receta de hoy también es congelable. Las almejas no se pueden congelar, pero la salsa sí.
Así, el día que queramos preparar las almejas a la marinera, echamos la base de salsa congelada en una cazuela y después de calentarla, se añaden las almejas, esperamos a que se abran y ¡listo!
Sofreír los ajos con el aceite en una cazuela ancha y baja en la que entren las almejas sin amontonar… que no coja color.
Añadir la guindilla picada, seguidamente agregar la harina, remover unos segundos, añadir el vino y que no haga grumos… Añadir de a pocos el agua o el caldo y darle con una varilla para que quede liso.
Tenerlo así a fuego muy suave para que pierda el sabor a crudo, sin dejar de hervir, unos 10 minutos. Al final queda una papilla muy reducida, la dejamos aparcada hasta que hagamos las almejas.
Alumbramos el fuego, le damos un meneo a esa papilla sin que se agarre y en cuanto empieza a hervir, añadir las almejas, subir el fuego y dejar que se abran.
El jugo que sueltan estira la salsa y queda ligada, porque la papilla es muy espesa y de esa forma comemos unas almejas en “salsa” y no en un “caldo”.
Espolvorear el perejil, remover y servir rápido para no sobrecocerlas, que no queden cauchosas.
Antes de sacarlas rociarlas con un chorro de aceite bueno crudo.