Los Tedax: requisitos, riesgos y principales tareas de este equipo de la Guardia Civil
En 'Más de uno' celebramos el 50 aniversario de los Tedax conociendo desde dentro en qué consiste el trabajo de este cuerpo de la Guardia Civil. ¿Qué pruebas hay que pasar para ser Tedax? ¿Cuáles son los principales retos y miedos a los que se enfrentan? ¿Cuánto pesa el traje de trabajo que llevan encima? Hablamos con el teniente Salvador Serrano, profesor del curso de Desactivación de Explosivos, con Carlos Alfonso Chamorro, Tedax de la Guardia Civil en reserva, y con Irene Huertas, alumna Tedax.
Los Tedax de la Guardia Civil cumplen mañana, 2 de marzo, 50 años de su fundación. En realidad, este famoso cuerpo se llama SEDEX-NRBQ, las siglas del Servicio de Desactivación de Explosivos y de Defensa Nuclear, Radiológica, Biológica y Química.
Alicia Heras se ha trasladado hasta el Colegio de Guardias Jóvenes 'Duque de Ahumada', en Valdemoro, para conocer en qué consiste una clase de desactivación de explosivos caseros. El profesor de esta materia es el teniente Salvador Serrano, que lleva 12 años siendo Tedax. "Tienen que saber qué es lo que se pueden encontrar por ahí", dice Salvador sobre la facilidad que hay para fabricar explosivos caseros con materiales cotidianos.
¿Qué pruebas hay que superar para ser Tedax?
Los alumnos Tedax han tenido que pasar numerosas pruebas, tanto escritas como físicas, antes de llegar hasta allí. Lo primero, superar un examen teórico y, a continuación, un examen psicotécnico preparado por el servicio de psicología. A partir de ahí, realizan unas pruebas físicas que certifiquen su preparación para el curso.
Cuando aprueban todos los exámenes, se selecciona a entre 25 y 30 personas con mejor nota y se les realiza una entrevista personal. En el curso de Tedax hay más de 100 peticiones de Guardias Civiles de toda España de los cuales entran alrededor de 20.
"La asignatura más importante es ver cómo consiguen no morir en el intento"
Una de las cualidades más importantes que debe tener un Tedax es la capacidad de improvisación para desactivar tanto artefactos ya existentes como los más novedosos.
Este es un curso de nueve meses donde los alumnos estudian varias asignaturas. Una vez que aprenden a manejar los explosivos, las cargas y sus riesgos comienzan las prácticas con casos reales de artefactos. Lo esencial es enseñarles a trabajar sobre el terreno: ver qué es lo que hay, qué harían y cómo lo harían. La asignatura más importante, dice Salvador, es "ver cómo consiguen no morir en el intento".
La vocación de ser Tedax
En el caso de Salvador, la vocación de ser Guardia Civil la tiene desde pequeño. Su padre era parte del cuerpo y creció en un cuartel de la Guardia Civil. La especialidad de Tedax no la conocía hasta que decidió hacer el curso y lo aprobó: "llevo aquí 12 años y cada día me gusta más esta especialidad".
Irene Huertas es una de las dos alumnas que se están preparando para el curso Tédax. Ella, cuenta, quería ser Tedax antes de ser Guardia Civil, "he sido muy consciente desde pequeña del trabajo que tenía mi padre y siempre me ha gustado".
Una de las materias que más difíciles le parecen es la electrónica porque les piden un alto nivel. Por el contrario, de lo que más disfruta es de las clases prácticas, cuando van al campo a desactivar explosivos.
Un equipo de trabajo
Carlos Alfonso Chamorro es Tédax de la Guardia Civil en reserva, por lo que continúa trabajando en el cuerpo desarrollando otro tipo de trabajos. A lo largo de su trayectoria recuerda como su peor intervención la primera que realizó en un pequeño pueblo Guipúzcoa cuando tenía 24 años en 1988, tras finalizar la primera tregua de ETA.
Somos equipos de trabajo, aunque el que intervenga sea uno
"Los Tedax no somos un individuo, somo un equipo de trabajo", recuerda Chamorro, quien agradece el apoyo de sus compañeros que le hicieron dar "el paso adelante" para "vencer el miedo". Aquel fue un caso especial porque, por su trayectoria, la banda terrorista ETA "imponía" mucho. Por fortuna, la intervención salió bien.
La experiencia es fundamental en esta especialidad y lo mejor es que coinciden la gente más joven con los que tienen más años. Por esto, Chamorro insiste en que "somos equipos de trabajo, aunque el que intervenga sea uno".
"Todo el mundo tiene miedo, pero nosotros hemos sido capaces de controlarlo"
El riesgo al que se enfrentan al desactivar explosivos es mayúsculo y, con ello, está el miedo, un sentimiento que "tiene todo el mundo, pero nosotros hemos sido capaces de controlarlo", explica Chamorro.
Tras mcuhos años de experiencia, asegura que los seres humanos somos todos iguales y reaccionamos de manera similar. Sin embargo, hay algunos que son capaces de superar los miedos; "la diferencia entre el valiente y el cobarde es el que da el paso adelante. [...] Los denominamos cobardes, pero no lo son, son aquellos que no supieron vencer".
El papel de los perros y robots Tédax
La tecnología juega un papel fundamental en el trabajo de los Tedax y, por eso, este cuerpo no deja nunca de aprender y de ir al compás de los tiempos. Algo imprescindible es "ser muy capaz de asimilar todos los cambios y adaptarse a ellos".
Tanto los robots como los perros son "medios de utilización". El perro, en concreto, se utiliza para investigar dónde o cómo se encuentra un artefacto explosivo y para recorrer el itinerario y dejar una zona limpia donde trabajar. El robot, por su parte, es un medio de transporte de los distintos elementos necesarios para trabajar sobre el artefacto.
A la hora de realizar su trabajo los Tedax llevan encima un traje de unos 35 kilos, un casco de 5 kilo y un escudo de 12 kilos, "y con una mano", puntualiza Carlos, pues la otra la utilizan para desactivar los explosivos.