Recuperar los recuerdos de una vida bajo el barro

El cuerpo es capaz de grabarlo todo desde aproximadamente el cuarto mes de gestación. Por ello, se puede tener recuerdos intrauterinos, de un periodo de gestación que puede ir mal o bien, de un parto complicado e incluso de un post parto traumático.

Todo esto, se graba en nuestro cuerpo en el hipocampo, una especie de disco duro donde se almacena todo lo que nos ocurre. "Cuando uno vive una situación traumática, se queda grabada en nuestro cuerpo, en ese disco duro", explica en 'Más de uno' el especialista en psicología clínica y terapia de interacción recíproca, José Martín del Pliego.

Las situaciones traumáticas se quedan grabadas

Cuando se producen situaciones de alto impacto en los primeros tres años de vida, "el sistema nervioso nos congela porque no hay nada que pueda hacer y aparentemente estoy bien", cuenta. A veces, de mayores, puede ocurrir algún acontecimiento que reactiva esas respuestas de congelación parecidas a la sintomatología depresiva, con sensación de fatiga, falta de aire o desgana.

El hipocampo se encarga también de gestionar la percepción temporal y "cuando hay una situación de trauma activa en el 'ahora' algo antiguo" que ocurrió en el pasado, explica José. Los recuerdos que mejor se graban son los negativos, pues son más necesarios para la supervivencia humana.

A menudo inventamos recuerdos. Con siete años, aproximadamente, empieza a funcionar la parte de pensar de nuestro cerebro y madura a los 25 años. El neocórtex rellena huecos, tanto para lo bueno como para lo malo. "Si no tiene toda la información, se la inventa, rellena un hueco. [...] Incluso haciéndonos sentir que tuvimos una infancia fantástica cuando no fue así", detalla el especialista.

Un mecanismo de defensa para protegernos

Esto de rellenar huecos supone un mecanismo de defensa para protegernos. Si no nos acordamos de algo malo infantil es porque nuestro sistema intenta no conectar con ello, apartarlo. Sin embargo, aunque esté olvidado, sigue estando ahí y se manifiesta con una sintomatología.

Por ejemplo, "la fibromialgia o la fatiga crónica tienen un índice altísimo de correlación positiva con trauma. La persona no se acuerda de haber vivido una situación traumática, pero su cuerpo sí", explica el doctor.

Salvar las fotos de los afectados por la DANA

En Valencia, después de la catástrofe de la DANA, hay grupos de personas trabajando en la recuperación de la memoria de quienes han perdido casi todo. Álbumes de fotos analógicas, retratos y todo tipo de recuerdos para que los afectados recuperen su pasado. La iniciativa es 'Salvemos las fotos' y fue impulsada por la Universidad de Valencia para salvar las fotografías que tenían las personas afectadas por la DANA.

Marisa Vázquez de Ágredos, directora de Patrimonio de la Universidad de Valencia y profesora titular del departamento de Historia del Arte, asegura que para las familias, "saber que parcialmente esos recuerdos se van a poder salvaguardar, les da un cierto aliento".

En primer lugar, deben ponerse en contacto con la Universidad de Valencia o la Politécnica de Valencia a través de sus emails. Luego, cogen los datos para un primer registro y, después, reciben las fotos que se deben entregar "en bolsas con un cierto nivel de transpiración".

Unas 200.000 fotografías recuperadas del barro

No todas las fotografías se pueden salvar porque algunas llegan en muy mal estado por "el barro acumulado, la sobrehidratación o problemas microbiológicos como hongos", explica Marisa. Para recuperarlas, se empieza con lavados en agua corriente, lavados en agua destilada y sistemas de secado hasta estabilizar la fotografía".

Actualmente se acercan a las 200.000 fotografías recuperadas, por lo que "estamos viendo más de un siglo de fotografía; del salto analógico al digital", dice.