Edu García: "El fin de semana estuvo aromatizado por la epístola de Gil-Marín, CEO de un Atlético victorioso"
Edu García reflexiona en 'Más de uno' sobre que esta noche se clausura la primera vuelta de nuestra principal liga y lo acontecido este fin de semana.
Muy líder el Barça y creciendo, muy de galeras oscuras el Elche que puede batir todos los récords negativos (no ha ganado ni un solo encuentro). Lo demás está hilvanado. Todo transitorio.
El caso es que el finde estuvo aromatizado por la epístola de Gil-Marín, CEO de un Atlético victorioso en Pamplona. Un desahogo por carta para contarle al universo que el sistema está montado para que el Real Madrid sea el motor de todo: instituciones, medios de comunicación e industria en general. Una tesis con base y sustento mayoritario de su hinchada.
Sin pasión esto no se entiende, pero si intentamos pensar fríamente tenemos: al club más laureado del planeta, al más seguido y al de mayor repercusión. Todo lo que pasa en su órbita, se magnifica. Y puede ser verdad que todos estemos presos de su magnetismo, de su influencia, de su inercia. Aunque no seamos del todo conscientes. A mí me hizo pensar la soflama, lo reconozco. Quizá estoy contaminado y condicionado más de lo que soy capaz de ver.
Como cacho de carne parcial que soy, deseaba que los Hispanos consiguieran el bronce en balonmano y que Djokovic no ganara en Australia para que Nadal fuera el único tenista en lucir 22 títulos de Grand Slam. Pero el serbio es muy bueno. Y le queda mucha cuerda. Y aunque tiene un carácter y un pronto como para estar unas horas en el cuartito de las ratas… hay que aplaudirle cuando se pone en plan campeón intocable.
Ayer celebró el Abierto de Australia a lo Alcaraz. Escenificando lo de la cabeza, el corazón y la testiculina. Y sin su padre, el que hace un año dijo junto al busto de su hijo que era el Jesucristo del siglo XXI y que en esta edición se fotografío con pro-rusos. Llamémosle Mr. Discreto.