Reyes cuenta cómo ha afrontado su hija ciega la nueva normalidad
Hace un año en Más de uno creamos el Diario de la pandemia, donde los oyentes nos contaban sus historias durante el confinamiento. Ahora, les hemos pedido que nos vuelvan a escribir para que nos expliquen cómo han cambiado sus vidas en este último año.
Hace un año, una de las cartas que compartimos era la de Reyes, una oyente de Sevilla, que se presentaba como la mamá de Valentina, una niña de 4 años a la que le encantaba el 'Facciamo Finta Che!'. Contaba Reyes en aquella carta que su hija le pedía todos los días que le pusiera esa canción para aprendérsela y cantársela después a sus muñecos. Valentina es una niña ciega, que ve con las manos, como explicaba su madre, así que lo de no tocar las cosas para ella suponía una complicación para su vida cotidiana. Le hemos pedido a Reyes que nos cuente un año después cómo le ha ido a su hija y al resto de la familia.
Su carta un año después
Hola, Carlos.
Pensando en hace un año la verdad es que me parece todo un poco irreal. Me decidí a escribiros porque el programa nos ayudaba en nuestro día a día y a Valentina le encantaba el Facciamo.
Valentina tiene 5 años y es ciega. En casa no sabíamos muy bien cómo íbamos a afrontar la nueva normalidad que aparecía delante de nosotros, en la que nos decían que el contacto físico y el contacto con objetos iba a estar restringido, algo que para ella es imprescindible.
Nos preguntábamos su padre y yo cómo íbamos a explicárselo a Valentina. Ella necesita tocar, el tacto para ella es un porcentaje tan alto de la información que recibe para conocer el mundo que nos parecía imposible no hacerlo de otra forma. Cuando acabó el confinamiento y empezamos a retomar las actividades y los contactos teníamos mucho miedo al contagio y a no saber hacerlo. Nos generaba mucha impotencia.
Poco a poco, nos hemos ido acostumbrando y Valentina lo ha aceptado con la facilidad que lo han hecho todos los niños. Con mucho cuidado y muchas medidas, lo hemos ido haciendo.
Ella nos enseña a ver el mundo con esos ojos que no ven y este confinamiento y todo este año con ella, a pesar de su dureza, del miedo a lo desconocido, de todas las noticias, de compaginar el teletrabajo con las tareas, ha sido maravilloso porque la verdad es que hemos pasado mucho tiempo juntas. Por ejemplo, aprendiendo las primeras letras y número en braïlle y viendo cómo sigue creciendo tan feliz mi persona favorita en este mundo. El otro día me preguntaba "Mamá, puede venir otra vez el confinamiento", así que supongo que todo depende de cada punto de vista.
Aún así, y a pesar de todo, espero que dentro de no demasiado tiempo podamos volver a nuestra normalidad de siempre, a esa que conocíamos. Y que Valentina no tenga limitaciones para conocer, que pueda sentir los abrazos y los besos de su familia. En definitiva, que pueda recorrer y explorar el mundo con sus manos.
Hasta pronto, Carlos.