Roberto nos cuenta que siempre sale "con muchísimo tiempo antes de la hora" pero que llega tarde "porque se lía". Recuerda una vez que tenía que asistir a un programa de radio en Madrid y que no llegó porque iba desde León "y por el camino me paré en Valladolid a tomar algo" y luego "al ver en la carretera el cartel de Segovia con el acueducto" no pudo evitar pasarse a verlo.
Teresa, en cambio, es muy estricta con la puntualidad. "Si quedo en mi casa a comer con mis hijos y llegan cinco minutos tarde ya no les abro la puerta", asegura, y añade que "los imprevistos son una excusa" y que "aunque me caiga un meteorito yo soy puntual".
Asegura Felipe que su mujer "ha hecho del llegar tarde un arte" y además "es algo pandémico" porque siempre hace llegar tarde a los demás. Recuerda además que cuando eran novios ella se equivocó de fecha y "llegó un día tarde" a su cita.
Y Elena nos habla de su padre, que no solo era puntual sino que "te hacía llegar a los sitios una hora u hora y media antes de tiempo" por si acaso. "En mi boda me hizo llegar tan pronto que tuve que dar vueltas a la ciudad con el coche porque era tan temprano que no había nadie", rememora.