Con el confinamiento Ana ha aprendido a comprender mejor a su hijo con autismo
Hace un año en Más de uno creamos el Diario de la pandemia, donde los oyentes nos contaban sus historias durante el confinamiento. Ahora, les hemos pedido que nos vuelvan a escribir para que nos digan cómo han sido sus vidas en este último año.
Hace un año Ana Bretón, oyente de Más de uno, nos escribió para hablarnos de Miguel, su hijo de cinco años al que le habían diagnosticado un trastorno del espectro autista. Debido al confinamiento, Ana contaba que ella y su marido estaban aprendiendo muchísimo de su hijo. Por ejemplo, se habían dado cuenta de que Miguel les tomaba el pelo mucho más de lo que ellos se pensaban.
Ahora, le hemos pedido que nos escriba de nuevo para contarnos cómo ha sido su vida en este último año
Su carta un año después
Querido Carlos,
¡Cuánto hemos aprendido en este año! Cierro los ojos y recuerdo aquellos días por la mañana escuchando tu monólogo y acabando con el Facciamo.
Para nosotros este año ha sido un curso acelerado sobre autismo con prácticas las 24 horas del día. Hemos tenido momentos de todo tipo, pero nuestro balance es muy positivo. Gracias a las indicaciones y el trabajo conjunto con sus profesores y terapeutas, hemos conseguido comunicarnos y entender mejor sus necesidades. Ahora somos capaces de saber lo que le pasa en cada momento y poner solución a los pequeños conflictos y situaciones del día a día. Por eso valoramos más si cabe el trabajo de todos los profesionales que nos ayudan con tanto cariño y paciencia con él. Siempre les estaremos agradecidos.
Nos ha ayudado mucho también, su terapeuta viniendo a casa para ayudarnos y ver en primera persona nuestras necesidades con el niño y dando sus pautas para mejorar. Y recordándonos la importancia de cuidarnos y estar bien nosotros. También la importancia de no sobreprotegerle ni ponerle límites, porque Miguel es capaz de muchas más cosas de las que podemos imaginar a día de hoy.
Miguel ha cumplido ya 6 años y está cada día más espabilado. Nosotros más relajados y empoderados sabiendo que si nos cuidamos y estamos bien, podremos superar cualquier situación complicada con el niño y reconducir esas situaciones que el año pasado habrían acabado en “pequeñas tragedias”. Una visita al super sin comprarle varias cosas para él o ir al centro comercial y salir sin su cuento favorito de animales hace un año sin rabieta final, era impensable. Ahora poco a poco ha aprendido a que “esto es lo que hay”.
Tenemos la suerte de contar con el respaldo de una familia maravillosa que nos han apoyado siempre (menos cuando le cortamos el pelo, que la abuela se nos enfada....jaja). Y de esos amigos incondicionales que están tan pendientes de nuestras necesidades. Algunos con niños como Miguel y eso es un bálsamo para nosotros puesto que podemos apoyarnos unos con otros, es como si habláramos el mismo idioma.
Como todos, tenemos días malos pero los buenos los compensan con creces. Pienso en la sonrisa de Miguel y en todo lo avanzado y me quedo tranquila sabiendo que él sigue feliz. Intentamos poner nuestro granito de arena para crear un futuro mejor para nuestros niños.