Madrid | 16.07.2021 08:50 (Publicado 16.07.2021 08:48)
Todo lo que se ha criticado en estas horas recientes fue el fallo del tribunal, no la sentencia. Hoy ya puede leer en los periódicos, en El País y El Español, el contenido de la sentencia del Constitucional sobre el decreto del Estado de Alarma. Antes no se conocía.
Se criticó el fallo, no la sentencia. Es importante establecer esta distinción, porque solo así sabremos de qué estamos hablando. Criticar la sentencia implicaría entrar en un debate jurídico de gran enjundia sobre las libertades y su restricción en tiempo de contagio. Pero nadie del Gobierno se ha zambullido en ese debate doctrinal sino en una deslegitimación procaz del Tribunal Constitucional. Fíjense en los argumentos: que si no tienen sentido de Estado, que si a los magistrados no les importan las vidas o que si no son independientes.
Bien, respecto del sentido de Estado, es muy preocupante que quien quiera llevar aquí, a una cuestión patriótica el asunto sea precisamente una magistrada como Margarita Robles. No hay mayor sentido de Estado que cumplir con la misión institucional que tienes encomendada aun sabiendo que eso te llevará a enfrentarte con el Gobierno. Porque la democracia consiste en un sistema de contrapoderes que limitan al que Gobierna y esta obviedad la conoce Margarita Robles precisamente porque no es Ione Belarra, que después de hacerse un batiburrillo con el CGPJ, el Constitucional llegó a la audaz conclusión de que los tribunales solo serán independientes si es ella quien nombra a los magistrados.
Concluyo que sí, que Margarita Robles no es Ione Belarra pero cada vez van llegando a conclusiones más parecidas y por eso yo creo que empieza a carecer de sentido esto de hacer una distinción entre los partidos del Gobierno. Si Robles y Belarra se sientan en el mismo consejo de ministro y llegan a conclusiones parecidas… Pues eso.