Madrid | 27.06.2022 07:54
Hombre, como diríamos en Mosteiro, provincia de Lugo, “daño no le hace”. A ningún político, salvo que sea muy feo o se le vean las costuras como a Frankenstein, le hace daño tanta foto, tanto saludo de señoras y señores tan importantes, tanta reverencia y algún elogio a la hospitalidad.
Para eso se encarga de organizar la cumbre en nuestro país. Por eso lo hace asunto prioritario. Por eso concede hoy una entrevista a La Vanguardia. Por eso vuelve a la SER, de la que nunca sale cuando necesita aire.
Si es que lo escribe incluso Iván Redondo esta mañana. Solo dos palabras: “Vuelve Sánchez”, aunque creo que sería más exacto decir: “Sánchez quiere volver”. Y añado: si no pensara obtener beneficio electoral de la cumbre de la OTAN un hombre especializado en resistir, para qué se iba a meter en ese follón que, encima, le enfrenta con sus queridas ministras y ministros de Unidas Podemos y sus apoyos independentistas, a quienes tanto valora.
Si a eso se añade lo que anuncian hoy sus amigos de El País de una OTAN que protegerá a Ceuta y Melilla, el señor Sánchez cotizará incluso en el mercado del nacionalismo. Español, por supuesto.
Lo único que ocurre es que España devora rapidísimamente la información. Una nueva subida de los carburantes, un fiasco en la limosna del euro diario hasta fin de año a los vulnerables y las muestras de cansancio que vemos, pueden bastante más que los poderosos de los tanques haciendo la clá por las calles de Madrid.