Madrid | 24.06.2022 07:31
Yo no me sumo a nada y tú, director, lo entenderás mejor que nadie. Lo entenderás mejor que nadie, porque este domingo, mientras algún contertulio trataba de enterrar a Pedro Sánchez, tú aconsejabas no precipitarse. Pues yo no me precipito. Y mucho menos por una encuesta que puede ser magnífica, pero falta año y medio para las elecciones y Sánchez puede haber perdido votos, incluso millones de votos, pero sigue siendo Pedro Sánchez.
Es decir, el del “Manual de resistencia”, gran maestro en el arte de resistir. En ese año y medio puede pasar de todo. Puede ocurrir que los Fondos Europeos hagan un milagro. O que resuelva lo de Cataluña. O que el presidente haga autocrítica, corrija lo que tiene de menosprecio al adversario y practique una política de consenso que haga exclamar a las masas “¡que gran hombre de Estado tenemos en La Moncloa!, ¿cómo lo vamos a perder?”.
Puede ocurrir que desaparezcan las desigualdades, que las estadísticas digan que España nunca ha sido tan justa, o que el PSOE vuelva a ser, como decía Alfonso Guerra, el partido de los pobres, que es la clase social que más crece en este país.
Y puede ocurrir incluso lo que hoy parece increíble: que bajen los precios de los alimentos, los carburantes y la luz. ¿Y quién soy yo, querido Alsina, para dudar de que Pedro Sánchez puede hacer todo eso o puede hacer que parezca que lo hizo? El ocaso de Sánchez solo es una hipótesis demoscópica, no algo que un cronista pueda aventurar