Madrid | 30.09.2021 07:55
Hay un personaje de Manuel Rivas en su obra “Todo es silencio” que dice: “Caminó como un hombre tranquilo; es decir, jodido”. Pues esa es la tranquilidad que me deja el Gobierno.
Te dijo ayer el ministro Escrivá que la inflación es provisional y me recordó aquel antiquísimo dicho de la guerra: “alférez provisional, cadáver efectivo”. Pues eso también: no conozco ningún caso de precios que hayan subido y después hayan vuelto al punto de partida, desmintiendo el principio teológico de que todo lo que sube baja. Así que escuché que todo está controlado y me agarré a la cartera.
Llamé a lossindicatos: hombres de poca fe, ¿por qué habláis de salarios, incluido el mínimo, si subirlos como la inflación no lo resisten las empresas ya tocadas por los 15 euros y no quiero repetir lo de Pepe Álvarez? Llamé a los pensionistas, que sueñan que pensiones que suben lo mismo que el IPC y les dije: no compréis todavía el jamón, que la ley no entró en vigor y un cuatro por ciento no lo resiste ni Yolanda. Llamé a los funcionarios a decirles que cuando su patrón lo tiene todo controlado no tiene intención de mejorar sus salarios.
Y a mí me llamó mi mujer: cariño, que la compra está imposible. Y yo le tuve que decir: cariño, no te fíes de las estadísticas, que hasta Escrivá, el ministro Escrivá, no confía en ellas, que se lo dijo a Carlos Alsina y todavía no lo desmintió. Tranquila, cariño, solo somos un 4 por ciento más pobres. Y es una pobreza provisional.