Madrid | 05.04.2022 07:55
Como casi todo en este vida, los datos del paro de msrzo tienen su lado regular, sus disculpas para no ser bueno y sus aspectos positivos.
Como se desprende de tu exposición, Alsina, queda claro que el análisis depende de la ideología o la militancia, como ocurre siempre que se buscan o nos ofrecen gratis análisis del flanco político. Criterio de este cronista: los datos cuantitativosy fríos difundidos ayer son malos, si se comparan con los de otros meses de marzo.
Como presentan un saldo positivo, aunque sea muy pequeño, dejémoslos en regulares. Creo acertada la expresión que asegura que la guerra y la inflación frenan el crecimiento del empleo. Frenar es lo contrario de impulsar, pero no nos debe sorprender.
Si la guerra anuncia y provoca dificultades económicas, nadie puede esperar que empuje el empleo. Y si la inflación crea un horizonte de tensiones salariales en la negociación colectiva, son realmente meritorios los empresarios que aumentan plantilla.
Por eso, el único sector en el que crece la ocupación es el de servicios, que entra en una etapa de fuerte clientela. Si la Semana Santa hubiera caído en marzo, el dato hubiera sido mucho mejor.
Y me parecen alentadores los contratos indefinidos, sin duda debidos a la última reforma laboral. Que sean un treinta por ciento de todos los firmados, cuando estábamos acostumbrados a porcentajes del 11 o del 12 como mucho, significa que este país ha dado o está dando un salto en estabilidad laboral.