Madrid | 10.06.2022 07:34
Es una tormenta perfecta para el conjunto de los españoles. Sigo tu relación de sucesos y digo: si sube el precio del dinero, es posible que miles de familias se vean entrampadas en la hipoteca que acaban de firmar.
Si el Banco Central Europeo deja de comprar deuda pública, el Tesoro Público tendrá que ir al mercado y pagar los precios de mercado, con sus efectos en la prima de riesgo y en la financiación de los servicios públicos.
Si el precio controlado del gas repercute menos de un punto en una inflación que supera los ocho puntos, poco negocio hemos hecho.
Y si Argelia cierra el comercio, eso ya es la descarga de la tormenta con lluvias y vientos huracanados que pueden hacernos perder 3.000 millones en exportaciones. Solo en mi tierra gallega hay un centenar de empresas afectadas.
Y digo más: lo del Banco Central, el precio dinero o la inflación hubieran sido asumibles con voluntad política y sacrificio social. Son para nosotros factores incontrolables.
Lo de Argelia es que, además, subleva a la ciudadanía. La subleva por la imprevisión de los efectos del cambio de actitud sobre el Sahara. La subleva por la torpeza diplomática en la gestión de la crisis. La subleva porque este Gobierno no supo interpretar lo que hay en juego en el Magreb, con Rusia de gran aliada de Argelia y empeñada en desestabilizar Europa.
Y la subleva por toda la miopía, la falta de miras y la sucesión de errores que está ofreciendo nuestra política exterior.