Madrid | 18.09.2023 10:08
Más que un indulto, voy a sumarme a los homenajes que ha suscitado la muerte de Pepe Domingo Castaño, entre cuyos méritos impresiona que se lo haya mencionado siempre con su nombre y apellidos integrales. Pepedomingocastaño todo junto, como un eslogan comercial.
Y digo comercial porque la audacia del entertainer para hacer anuncios demuestra no tanto la devoción integral que le profesaban las marcas, sino su capacidad de comunicador.
Quiero decir que pepedomingocastaño hizo el bien cuando podía haber hecho el mal. Hubiéramos secundando cualquiera de sus llamadas a la movilización. Por su capacidad de convicción. Y porque jugaba con las palabras mejor que cualquier vendedor de Amazon.
Y es verdad que curraba el la COPE, la radio amiga, pero pepedomingocastaño, todo junto, era una marca propia. Un espacio particular. Un territorio autónomo que trascendía las épocas, las modas y las convenciones.
Porque lo difícil no es mantenerse hasta los 80 años como una vieja gloria, sino como un comunicador en activo, en sintonía con la sociedad y en plena vigencia. Lo demuestra la unanimidad del duelo, la heterogeneidad de los visitantes del tanatorio, la mezcolanza de las élites y las clases populares en el trance del duelo.
Tengo dicho que es un error escribir las propias memorias. No por falta de interés, sino porque los memoriales y las autobiografías predisponen el interés de las parcas.
Y pepedomingocastaño, todo junto, tenía muchas páginas por escribir.