Rubén Amón indulta a Nicolai Lilin: "La peripecia de su vida es una mezcla de la fantasía y la existencia al límite"
Rubén Amón indulta al escritor ruso, un personaje incatalogable porque la peripecia de su vida es una mezcla de la fantasía y la existencia al límite.
Madrid | 29.11.2021 10:34
Ya que el Madrid jugó hace unos días contra el Sheriff de Transtistria, vamos a indultar a la gloria literaria nacional. Cipotudo y matón, para entendernos. Se llama Nicolai Verjbiktii. O si lo preferís, a Nicolai Lilin, sobrenombre de un escritor ruso o vete tu a saber de dónde.
Y porque él mismo es un personaje incatalogable, quizá porque la peripecia de su vida es una mezcla de la fantasía y la existencia al límite.
Dice, por ejemplo, que su bautismo de fuego le sorprendió a los 12 años cuando estalló en 1992 la guerra civil de Moldavia y Transnistria, aunque la tradición sanguinaria se remonta a la persecución de sus ancestros en la época de los Zares.
No es que fueran deportados a Siberia. Vivían a Siberia y fueron deportados desde Siberia a Transnistria, allí donde cobró vidas y fortunas el abuelo Boris, patriarca de una tribu de bandoleros, los Urka, que inculcó en el pequeño Nicolai cierta predisposición a las actividades mafiosas.
Dan ganas de creerse la vida de Lilin. Que parece una secuela de Limonov. Y cuyas novelas autobiográficas tanto lo ubican en el servicio militar de Chehenia como lo retratan de agente de seguridad privada en las guerras de Afganistán e Irak. Fue marinero en Irlanda. Y ha encontrado en Italia el público que más o mejor lo idolatra.
No ya como escritor y como personaje, sino como como fabricante de machetes de autor y como titular de un laboratorio de tatuajes creativos al que da ejemplo el cuerpo de tinta y carne del soldado Lilin.
Me gusta más la tinta sobre el papel blanco. Y el fascinante memorial de Educación siberiana. Puede que una gran mentira, pero una literatura de verdad.
Así es que os dejo con un proverbio urka que encabeza la mencionada autobiografía. “Hay quién disfruta la vida. Hay quien la sufre. Nosotros, la combatimos”.