Rubén Amón indulta a Juan Pablo Colmenarejo: "Un periodista íntegro, sin renunciar nunca a su independencia y a su honestidad"
Rubén Amón indulta al periodista y compañero Juan Pablo Colmenarejo, "un hombre de radio, de voz cálida y de criterio afinado".
Madrid | 24.02.2022 10:09
Me vais a permitir que indulte a un compañero. Y me hubiera gustado hacerlo en vida, pero me siento obligado a corresponder su memoria y su cariño con estas líneas de agradecimiento.
Y no porque trabajara con él, aunque Juan Pablo Colmenarejo fuera tantos años periodista de Onda Cero. Ni porque fuera más Atlético que Arteche, sino por las horas que hemos compartido en el baloncesto.
Y no estoy hablando de las grandes ligas, sino de la competición de nuestros hijos. Compañeros como eran del Buenconsejo. O del Buencon, ya que se trata de aliviar unas letras y unas lágrimas.
Los vimos crecer de minibasket a gigantones. Y departimos tantas veces, no ya para discutir las decisiones arbitrales y las decisiones técnicas, sino para hablar de Simeone y de la escopeta nacional.
Colmenarejo era un remedio terapéutico a la polarización. Un moderado. Un no alineado. O sea, un punkie
Y para ir descubriendo las cualidades de un periodista íntegro que tenía sus convicciones religiosas y políticas, sin haber renunciado nunca a su independencia y a su honestidad.
Manos robustas de jugador de balonmano, que lo fue. Una salud de mierda. Hombre de radio. Y de voz cálida. Y de criterio afinado. Que no afilado. Porque Colmenarejo era un remedio terapéutico a la polarización. Un moderado. Un no alineado. O sea, un punkie.
Últimamente le hacía mucha ilusión haberse convertido en profesor de la Universidad. Ya me hubiera gustado haber conocido a un maestro así en las mocedades. Por eso me hizo mucha ilusión decirle que mi hijo se había matriculado en Comunicación Digital.
“Y eso es el periodismo de toda la vida, pero con las nuevas tecnologías, ¿no?" Pues si Juan Pablo, sí. Eso es el periodismo de toda la vida, aunque esta profesión de toda la vida y de toda la muerte se haya convertido en un oficio de activistas que no puede permitirse una baja como la tuya.