Rubén Amón indulta a José Tomás: "Tengámosle respeto. Y hagamos memoria"
Amón indulta al torero José Tomás por recordar "algunas evidencias de su hegemonía" como el valor, el carisma y la sabiduría".
Madrid | 13.06.2022 10:07
Procedo al indulto de José Tomás. Un poco contrariado, porque esperábamos un reencuentro con el éxtasis en el hervidero de Jaén. Pero también agradecido. Porque el monstruo nos ha recordado algunas evidencias de su hegemonía. El valor. El carisma. Y las gotas de una sabiduría que se está consumiendo.
Tres años llevaba sin torear JT. Y se diría que han sido mucho más. Porque se le veía envejecido. Las canas y los achaques convierten al viejo samurai en un caballero de la triste figura. Demacrado, enjuto. Y titubeante en sus andares. Un aire espectral se daba José Tomás en Jaén.
Ni siquiera sus feligreses condescendieron demasiado con el reencuentro. Veníamos de todas partes. De México y de Francia. De Ecuador y de Portugal. Y de Madrid y de Sevilla. Una romería entusiasta e histérica cuya euforia se fue malogrando entre la tiranía del termómetro y la precariedad del ganado.
José Tomás quería y no siempre podía. Pisaba terrenos inverosímiles, pero también se le observaba vulnerable y titubeante. Humano, demasiado humano, queremos decir. Y desconectado de su propia feligresía.
Se le protestó incluso al maestro. Y se fue propagando una frustración que demostraba la provisionalidad de todas las idolatrías.
Tengámosle respeto. Y hagamos memoria. Y apreciemos también estas actuaciones entre tienieblas.
Porque no sabemos cuántas tardes nos quedan de JT, ahora que las administra a cuenta gotas, como la resina primorosa de los árboles viejos.
Como la viñas exhaustas.
Y como esos cipreses verticales que no alcanzan a dar sombra.