Rubén Amón indulta a los catastrofistas: "Habéis convertido el fin del mundo en una rutina"
Rubén Amón indulta en Más de uno a los catastrofistas, tras el repunte de casos por coronavirus y el temporal de nieve.
Querido amigo catastrofista, te imagino de nuevo pletórico de euforia. Te supongo entusiasmado con el rebrote apocalíptico que ha malogrado en apenas unos días la expectativa de un año dichoso.
Ya ves la catástrofe meteorológica que se ha desatado en la meseta. De Madrid al hielo, podría decirse con solo observar las aceras de cristal y los andares titubeantes de los vecinos, como si los madrileños estuvieran caminando en un campo de minas.
Te están yendo bien las cosas, querido apocalíptico. Porque el coronavirus amontona estadísticas pavorosas. Porque la campaña de vacunación es un desastre. Porque los ultras de Trump han tomado el Capitolio. Porque el Atleti ha caído en Cornellá. Y porque los cielos han organizado una conspiración antológica, la naturaleza se ha amotinado.
Lo que tú decías, amigo apocalíptico. No ya que sea un cuento el calentamiento global, sino que se avecina una edad del hielo, evocando aquella otra que sacudió Occidente entre 1570 y 1700. Las aves caían del cielo con las aves congeladas. El Ebro se atravesaba a pie. Y hasta se le helaron la barbas a Enrique IV de Francia.
París bien vale una pulmonía. Y Madrid bien se merece un escarmiento y un estornudo celestial, como si el Dios justiciero que tanto te gusta, amigo catastrofista, no hubiera tenido suficiente con la pandemia coronavírica.
Bien empieza el año, ¿No es eso? Pensábamos que 2020 no iba a tener competencia. Y 2021 ya balbucea un escenario de horribles venganzas. Como siempre, querido amigo catastrofista. Desengáñate: los sujetos como tú habéis matado de inanición a los caballos de los jinetes del Apocalipsis. Porque habéis convertido el fin del mundo en una rutina.