Otra vez este olor a fosa séptica
Les voy a decir una cosa.
Otra vez este olor a fosa séptica. A alcantarilla. El colector reventado que inunda de aguas fecales la plaza pública.
Otra vez esta peste de dinero negro, decisiones compradas, anotaciones contables y porcentajes de este negocio tan redondo que entre los dos haremos (cuánto te corresponde a ti por llevarlo a cabo y cuánto a mí por haber hecho posible que lo lleves, cuánto me llevo). Otra vez este olor -que es hedor- a pútrido mangoneo. Presuntamente. Porque, hasta este minuto lo que tenemos es el olor. Un aroma bien conocido.
Con el paso de las horas se entiende que iremos teniendo la sustancia, los hechos objeto de esta investigación y la causa concreta de las sospechas: quién se cree que hizo qué, cuándo y en el desempeño de qué cargo. Eso es lo que (casi todo, en realidad), nos falta todavía por saber de la fruta del granado, por su nombre en latín, púnica granatum.
Cuando Roma libró la primera guerra púnica contra Cartago (no confundir con Cartagena aunque entre los detenidos de hoy estén los hermanos Alonso, ex alcalde uno y jefe de gabinete suyo el otro), cuando Roma libró la primera guerra púnica ya llevaba trescientos años funcionando en la capital del imperio la cloaca máxima, el gran colector por el que circulaban los residuos generados en residencias privadas y retretes públicos.
La alcantarilla mayor, paradigma de toda la porquería que discurre bajo el firme adoquinado que se presume limpio. De haberse dejado llevar por esta vinculación histórica, bien podrían haber bautizado los investigadores de la UCO a su amplia operación de hoy, en lugar de púnica,máxima: por la cantidad de caños, o afluentes, que presenta, aparentemente, la cloaca.
Dicen que la vida tiene algo de déjà vu.
Aquella operación policial fue un viernes. Ésta de hoy ha sido un lunes.
Aquella la realizó la UDEF (qué es esto de la UDEF, la policía nacional). Ésta de hoy ha sido la UCO (qué es esto de la UCO, pues la Guardia Civil).
Aquella la dirigió Garzón. Ésta la ha dirigido Eloy Velasco.
De aquella se dijo que probablemente era la mayor operación judicial contra la corrupción política en España. Y de ésta de hoy también se ha estado diciendo. De hecho, en número de detenciones y registros en estas primeras horas, la Púnica gana a la Gürtel por goleada: 37 detenidos y 300 registros de domicilios y despachos. La Gürtel, en febrero de 2009, empezó con sólo cinco detenidos, entre ellos tres de los peces gordos (Correa, Crespo, Sánchez) pero luego fueron cayendo alcaldes y ex alcaldes del PP en la comunidad de Madrid y un consejero del gobierno de Esperanza Aguirre, López Viejo. Veremos qué pasa en las próximas horas, si el caso se hace tan sólido y con tan interesantes (y comprometedoras) vertientes como la trama Correa -financiación del Partido Popular y papel (o papeles) de Bárcenas incluidos- o da menos de sí, en ramificaciones y nuevas implicaciones, y acaba pareciéndose más a la operación Emperador o la Ballena Blanca.
A primera vista, y por lo que cuentan los investigadores, la diferencia entre Púnica y Gurtel sería que en esta una parte del dinero sirvió para pagar actos de partido (financiación irregular) y en Púnica todo iba a parar, presuntamente, a la buchaca de los implicados. Habrá que ahondar, en todo caso, en la investigación desde el momento en que el detenido con más nombre, Granados, fue nada menos que secretario general del Partido Popular madrileño durante siete años.
Presuntos implicados, de momento y a criterio de fiscalía y guardia civil, son:
· Francisco Granados, hombre que alcanzó enormes cotas de poder en la comunidad de Madrid amadrinado por Esperanza Aguirre y que abandonó la política cuando se publicó que tenía una cuenta en Suiza;
· David Marjaliza, empresario amigo de Granados y socio de otro de los detenidos, José Antonio Alonso, ex alcalde de Cartagena y ahora empresario;
· Alejandro de Pedro Llorca, también empresario del sector de la consultoría.
· Marcos Martínez, presidente de la diputación de Leon y alcalde de Cuadros, en el ejercicio de ambos cargos;
· Mariola Martínez, directora general de Turismo de Murcia;
· y seis alcaldes de municipios madrileños también en activo: el de Valdemoro, Boza Lechuga, el de Parla, Fraile, el de Collado Villalba, Juárez, el de Torrejón de Velasco, Cubas Navarro, el de Casarrubuelos, David Rodríguez y el de Serranillos del Valle, Antonio Sánchez. Seis municipios tres de los cuales son ciudades importantes -Parla tiene 125.000 habitantes, Valdemoro 70.000, Collado Villalba 60.000 vecinos- y los otros tres pueblos pequeños (Torrejón de Velasco, Casarrubuelos, Serranillos andan en los 4000 habitantes).
Por filiación política, entre los detenidos, el PP gana por goleada. Las excepciones son el empresario púnicoAlonso, militante del PSOE; el alcalde de Parla, sucesor de Tomás Gómez en ese ayuntamiento y militante socialista; y el alcalde deSerranillos, que pertenece a una formación que no es ni PP ni PSOE: la Unión Demócrata Madrileña, un partido local fundado hace cuatro años y que se presentó a los votantes como la alternativa a los partidos tradicionales, una nueva forma de hacer política, decían, basada en la transparencia y las buenas prácticas. Vamos a ver en qué situación queda su alcalde, pero no parece que la guardia civil lo vea ni muy alternativo ni muy de buenas prácticas hasta la fecha.
La UCO entiende que estamos ante un serial de aguas fecales con tantos personajes como sumideros. El poder entendido como herramienta para beneficiar al colega, al afín o al que más comisión te paga. Es decir, y traducido a tipos delictivos, tráfico de influencias, blanqueo de capitales y engaño a Hacienda.
A diferencia de otras tramas corruptas que fueron desmanteladas, en el origen de esta investigación no está un contable despedido o un comisionista al que no se pagó lo que él esperaba: no hay arrepentido de dentro o denuncia de algún damnificado. Según la versión oficial, el hilo del que se empezó a tirar fue el de Suiza. Todo empezó allí donde el dinero acababa, en el banco suizo (BNP) donde había una cuenta a nombre de un tal Francisco Granados. Fue el ministerio de Justicia suizo, en un control rutinario (así se dijo) quien detectó un dinero que, sospechó, podría proceder de alguna actividad ilícita. No porque los extractos bancarios despidieran un cierto olor a bomba fétida, sino porque el titular de la cuenta había intentado cancelarla llevándose de golpe todo el dinero.
Los suizos informaron a las autoridades españolas y se puso a trabajar la Agencia Tributaria y la fiscalía. Granados acabó admitiendo que la cuenta era suya, no así que hubiera tenido en ella más de un millón de euros y no así, claro, que el dinero lo hubiera obtenido de manera ilícita. Al revés, defendió que lo que allí ingresaba era el fruto de sus operaciones en bolsa (dinero del que Hacienda, en todo caso, nunca supo nada).
La aparición de aquella cuenta es el germen de las cincuenta detenciones de hoy. Aquella tapa que levantaron en Suiza fue la puerta de entrada de la fiscalía anticorrupción, guardia civil mediante, a la (presunta) cloaca máxima. A falta de ver en qué se sustancia judicialmente lo de hoy (qué decisiones toma el juez Velasco)…otra vez este olor a fosa séptica. Otra vez este hedor de mangoneo pútrido.