El presidente de los Estados Unidos cumple sus primeras once horas en La Habana y a esta hora duerme (son aquí las tres de la mañana) antes de verse con Raul Castro (la Cuba oficial) y con representantes de la sociedad civil (la otra Cuba), entre los que hay empresarios y representantes de diversos colectivos. Desde el primer día viene insistiendo en ello Obama: él no viene a apoyar al gobierno de los hermanos Castro, viene a apoyar al pueblo de Cuba.
“Se reunirá con la sociedad para conocer sus aspiraciones y hablará directamente al pueblo sobre los valores que comparten ambos países y sobre cómo podemos ser socios en alcanzar el futuro que desean”.
El discurso al pueblo de Cuba, pieza principal de este viaje histórico, lo pronunciará Obama mañana en el Teatro Nacional Alicia Alonso. Y será difundido por la televisión y las radios de Cuba. El principal canal de información (o de lo que aquí se llama información) de la sociedad cubana. Ya conocen la broma sobre el Granma: “la única verdad que cuenta es la fecha, y no siempre”.
Tampoco se vayan a pensar que tiró la casa por la ventana este domingo Cubavisión. Ofreció dos espacios informativos, uno para transmitir la llegada al aeropuerto y otro para que se viera cómo los Obama se pateaban los alrededores de la catedral en La Habana Vieja. Y en cuanto entró el presidente en la catedral, se acabó el programa y a regresar al contenido más típico de la television de aquí. Las efemérides revolucionarias.
No pasa un día, en la television, en la radio, en la prensa oficial, sin que se recuerde a los cubanos la epopeya de la Sierra Maestra y todo lo que, antes y después, protagonizaron los barbudos.
Obama ya llegó. Con la familia. Y sin interés alguno de verse con el otro Castro, el mítico, Fidel resignado a su papel muy secundario.
En la Casa Blanca han estado allanando la visita a La Habana con gestos del presidente que pudieran llegar a todos os cubanos. Hay aquí un cómico muy popular, Luis Silva, que hace un programa de humor blanco, “Vivir del cuento”, y usa una expresión que todos los espectadores conocer: qué bola. Y esta semana fingió un diálogo telefónico con Obama con la participación estelar del propio presidente.
Obama diciendo almendrones, los carros de los cincuenta, y qué bola. Le faltó el qué gente, que gente, de este programa mítico de la radio cubana que es "Alegrías de sobremesa".
A partir de las ocho y media escucharemos a algunas personas que tuvieron a bien recibirnos este domingo. Por ejemplo, una mujer descendiente de abuelo vasco y padre argentino que ha recibido una carta personal de Barack Obama.
Ileana Yarza. Ha recibido la primera carta traída a Cuba por el nuevo servicio postal directo entre EEUU y la isla. Escucharemos a un líder opositor, un disidente al que le hemos preguntado qué tiene que decir Obama para que él le aplauda.
Les contaré cómo discurrió ayer la manifestación de apenas unas decenas de personas reclamando libertad para eso, para manifestarse. Y cómo identifican a las otras personas, las que aparecen para reventar las manifestaciones.
Escucharemos a una mujer, madre de una niña de siete años, que se declara fidelista, revolucionaria y cubana a mucha honra. Se llama Caridad y dice debérselo todo al estado.
Y escucharemos a otra madre que se declara anti castrista también a mucha honra y que sueña con el día que desaparezcan los hermanos Castro.
Y escucharemos algunos de los gritos que corearon ayer los opositores demandándole a Obama que no convierta esta visita suya en un triunfo propagandístico del régimen. Para eso marcharon.