Monólogo de Alsina: "La campaña se hace bola"
Carlos Alsina reflexiona en 'Más de uno' sobre el final de la campaña electoral y sobre el efecto que tendrá en las elecciones el debate abierto sobre si España es racista después de los insultos a Vinicius en Mestalla.
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Madrid | 23.05.2023 08:31
Nuestro primer día en penumbra. En penumbra demoscópica. Desde hoy, sólo los partidos políticos (que gastan dinero en ello) y los medios de comunicación (que también lo gastan) saben quién mejora y quién empeora sus expectativas de voto. Para el resto del personal, que no tenemos contratada empresa de sondeos para anda por casa, la vida sigue hacia el domingo de urnas sin tendencias, ni porcentajes, ni intenciones de voto. Saldremos adelante, claro que sí, pero a ver si se animan estos partidos políticos tan modernos que tenemos, y que tanto presumen de reformar constantemente las leyes, a enterrar este fósil de nuestra vida pública que es la prohibición de publicar sondeos a cinco días de que se abran las urnas.
Nos quedamos sin saber qué impacto tiene en la campaña interminable el último debate inesperado que se nos ha venido encima: ¿es España racista? Y en ese caso, ¿cuánto? Lo de Vinicius en Mestalla, o mejor, lo de una parte de la afición valencianista contra Vinicius, por ser negro, en Mestalla el domingo ha desencadenado un aluvión de opiniones de dirigentes políticos, desde Lula a Ximo Puig pasando por Tebas y por Rubiales, que son tan dirigentes políticos como los otros. Vinicius terminó de hartarse en Valencia porque esto de que le insulten a voz en grito en los estadios donde juega se ha convertido en costumbre.
Vinicius terminó de hartarse
Y si allí donde vas te encuentras con un grupo de racistas que vociferan creyéndose impunes, es natural que concluyas que no es una afición concreta la que tiene el problema, sino la liga española de fútbol en su conjunto. A Tebas le ha parecido injusto porque es la Liga quien ha denunciado a la fiscalía los nueve ataques anteriores, la mayoría de los cuales han quedado en nada porque el fiscal de turno no ha visto fundamento, y al rifirrafe tuitero entre Tebas y Viniciuis le ha sacado punta Rubiales aprovechando para cargar contra su viejo enemigo. O sea, Tebas.
Entre medias, unos cuantos ministros han entonado el tolerancia cero contra el racismo ---mínimo esfuerzo---, varios dirigentes del PP y Ciudadanos han proclamado que España no es un país racista aunque en España haya racistas (como los hay en Brasil) y un presidente autonómico, el de la Comunidad Valenciana, ha condenado el racismo pero salvando a la afición del Valencia y criticando al brasileño.
Esto va por el gesto que hizo Vinicius deseando el descenso del Valencia a segunda, o así se ha interpretado. ¿Influirá esta declaración en las posibilidades de Ximo para repetir como presidente? Ni idea, ya le digo que no hay más encuestas. ¿Remontará Podemos la pésima campaña que ha hecho ahora que el ministerio de Igualdad urge a una ley contra el racismo cuatro años después de haber empezado a gobernar España? Pues tampoco lo sabemos. ¿Estamos empeñados en que cualquier cosa que suceda tenga algún efecto electoral?
Donde no se respeta la paridad es en el equipo de Sánchez
Pues seguramente, sí. Y esto de Vinicius da para mucha declaración de políticos tremendamente sensibilizados pero no tendrá el más mínimo efecto. A los candidatos en campaña se les está haciendo larga. Sánchez ha agotado ya el bombo de los anuncios y echó ayer mano de las bondades de la paridad en los órganos de poder. Su ley de paridad. Que no se aplica al equipo directo del presidente donde ya hemos comentado aquí alguna vez que son un 90% hombres.
Hace cuarenta años Felipe González pidió el voto a los españoles para cambiar el país con aquel eslogan que tenía poco misterio, 'Por el cambio'. Y que en estos cuarenta años ha sido emulado, adaptado, revisado y directamente copiado por todos los partidos. El cambio tiene buena prensa. Sobre todo cuando estás en la oposición. Y el riesgo de abusar de la palabra cambio es que acabes haciendo un trabalenguas. Adelante, Núñez Feijóo.