OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Bildu celebra el empate con gritos de independencia"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre las elecciones en el País Vasco en las que PNV y Bildu han empatado en escaños y el PSOE tendrá la llave de la gobernabilidad.

📌 PNV y Bildu empatan en escaños en las elecciones del País Vasco y el PSOE tendrá la llave de la gobernabilidad

👉 Todos los partidos que podrían pactar con el PNV

🚩 Comprueba los resultados por municipios de las elecciones del País Vasco en este mapa interactivo

Carlos Alsina

Madrid |

No se le conocen comentarios a Sánchez sobre el resultado de las elecciones de ayer pero de haber dicho algo habría sido: 'Me vale'. No se le conocen a Feijoo comentarios sobre el resultado pero de haber dicho algo habría sido: 'Esto no me vale para nada'. No se le conocen a Yolanda Díaz comentarios sobre las elecciones pero de haber dicho algo habría sido 'pa habernos matao'.

Los vascos votaron. La rima no es muy elaborada, pero se entiende. Se lo gritaban anoche a Pradales, de nombre Imanol y ocupación, político nacionalista vasco: 'Ari, ari, ari, Pradales lendakari'. Lo va a ser, en efecto. Próximo lendakari del gobierno vasco. Lendakari del PNV, valga la redundancia.

Pradales heredará a Urkullu y Eneko Andueza heredará a Idioa Mendia.

Y así permanecerá, cambiando de caras, el gobierno de coalición de nacionalistas y no nacionalistas, conservadores y socialistas, que ya es como la ría, el monte Igueldo o la Virgen Blanca, parte del paisaje.

No estaba en duda quién seguiría en el poder porque Otxandiano, el de Bildu, no tenía quien le invistiera aunque hubiera ganado las elecciones de este domingo.

"El PNV se jugaba el orgullo de seguir siendo la primera fuerza política de Euskadi"

Pero amarrado el poder, el PNV se jugaba el orgullo de seguir siendo la primera fuerza política de Euskadi. Y salvó su orgullo. Por la mínima, es verdad. Treinta mil votos más que Bildu. Y siendo primera sólo en Vizcaya, es verdad, ahí reside (aún) su fortaleza.

La insistencia en repetir, terminado el escrutinio, que la victoria electoral es suya da cuenta de lo mal que debieron llegar a vérselas los peneuvistas. En algún momento de la noche electoral Bildu estuvo por delante y pareció que por delante iba a terminar. Pero se salvó el PNV. Perdiendo cuatro escaños y viendo cómo la suma con el PSOE también mengua: los 41 diputados con que contaba antes el gobierno de coalición se quedan en 39.

Es el Partido Socialista el que, de los socios, mejora su cosecha, más aparente en escaños (dos arriba) que en votos: no llega a medio punto de porcentaje la mejora.

"Hay memoria de quiénes alimentaron a la banda y quiénes la sufrieron como víctimas"

Pero la alianza sobrevive a la arremetida electoral de Bildu porque el PSE no tiene duda: entre el aliado conservador, la derecha nacionalista, y el aliado de izquierdas, la izquierda independentista, sigue prefiriendo al conservador antes que al izquierdista. Porque Bildu para el PSE tiene una condición añadida a la de izquierdista o independentista: su responsabilidad en lo que significó el terrorismo. Hay memoria de quiénes alimentaron a la banda y quiénes la sufrieron como víctimas.

El poder en el País Vasco no cambia de manos. Pero el reparto de fuerzas en el mundo nacionalista-independentista, sí. Bildu tiene razones para celebrar su avance de ayer. Con el PNV a la baja, Bildu está muy al alza. Le come la merienda en el electorado independentista y absorbe el voto de la izquierda extrema.

Esos dos factores explican su notable cosecha: el declive del PNV y la descomposición de lo que una vez fue Podemos y hoy es apenas nada. El spin off de los morados, Sumar, consigue un escaño, cinco menos que su marca predecesora. Otegi engorda a costa de lo que una vez fue Pablo Iglesias. Lo que Iglesias sembró lo cosecha ahora Otegi. Si estos de Bildu fueran gente agradecida, en su fiesta de anoche habrían gritado: ¡Gracias, Pablo, gracias Yolanda! Lo que gritaron, sin embargo, fue ‘¡Independencia!’

Porque la campaña ya pasó. Porque no necesita seguir aguándose a sí mismos para parecer menos partidarios de la ruptura de lo que son. Anoche no se gritó en favor de los servicios públicos, o de la ecología. No gritaron: ‘Osakidetxa, osakidetxa’. Gritaron independencia. Porque ésa es la esencia de su proyecto.

Bramó Otegi que ellos son la primera fuerza de Euskalherría porque suma a lo del País Vasco, Navarra. El anhelo de la Navarra anexionada con Pamplona dentro. Pamplona, cuyo gobierno entregó el PSOE a Bildu.

"El PSE celebra sus dos nuevos escaños como si hubiera ganado las elecciones"

El PSE celebra sus dos nuevos escaños como si hubiera ganado las elecciones. No lo ha hecho. En votos pasa de 122.000 a 150.000, no llega a un punto porcentual. Pero para lo que hoy es el Partido Socialista, resignado a su condición de escudero de formaciones nacionalistas, pasar de diez escaños a doce es una hazaña. En otra época el PSE era la izquierda vasca por excelencia.

Llegó a tener 25 escaños. Luego fue perdiendo fuelle en favor de otras opciones, una de ellas Podemos, y hoy está lejos de recuperar a aquellos votantes, emigrados la mayoría de ellos a casa Otegi.

Sí puede celebrar el PSOE que el único adversario al que de verdad trata como tal, que es el PP, se queda con las ganas de poder presentar una mejora significativa. En votos ha crecido más que los socialistas, de 60.000 a 97.000, dos puntos y pico, pero en escaños sólo sube uno. Ni frío ni calor.

Crece poco y sigue sin tener más papel que el de hacer oposición y estar ahí por si alguna vez hiciera falta para evitar que Bildu gobierne. Ya ocurrió en el ayuntamiento de Vitoria.

El gobierno de coalición que rige España, PSOE y Sumar, suma en el País Vasco diecisiete escaños de setenta y cinco. Pero la conjunción progresista-separatista que sostiene a Sánchez, y en la que están Bildu y el PNV, suma en el nuevo Parlamento Vasco sesenta y siete diputados de setenta y cinco.

Cómo no va a estar aliviado Sánchez si el reparto de cromos se conserva como estaba, si todos sus socios tienen algo que celebrar y si Yolanda Díaz vuelve a flaquear abriendo cada vez más dudas sobre su solidez como dirigente política. Yolanda Díaz es una sombra de lo que fue Podemos. Si al PP le echa en cara la izquierda que sea residual en el País Vasco, qué será Sumar, con sus diecinueve mil votantes. ¿En qué quedo aquello de que podía ser (¿cómo era, Iván?) la primera mujer presidenta del gobierno de España.