EL BLOG DE ALSINA

Lance Amstrong ha salido del botiquín

Les voy a decir una cosa.

Tanto hablar de Jodie Foster, y el que ha salido de su armario particular es Lance Armstrong.

ondacero.es

Madrid | 15.01.2013 20:10

Lance Armstrong pasa sus momentos más difíciles | EFE

Más que del closet, ha salido del botiquín. Pocas veces una entrevista que aún no se ha emitido ha alcanzado el eco de ésta que la famosa Oprah Winfrey -estrella sin parangón de los programas magazine en la televisión americana- le ha hecho a uno de los ciclistas más laureados -y también más criticados- de todos los tiempos: Armstrong, el hombre que superó un cáncer, regresó a la competición y ganó siete veces el Tour de Francia.

Lo que hoy se ha avanzado, en una operación eficacísima de promoción de la entrevista (“cebar la expectación” se le llama a esto), es que Armstrong admite que se dopó, sin más detalles sobre lo que dice o cómo lo dice. Dado que no se sabe más, hay dudas sobre qué es exactamente lo que admite el deportista, pero la señora Winfrey ha contado luego que, en su opinión, Armstrong ha aceptado conversar con ella precisamente ahora porque es ahora cuando estaba preparado “para confesar”. Por lo que ella cuenta ha sido eso, una confesión en toda regla, alguien que rompe a hablar después de años y años de negaciones y de desmentidos, años de refutar informaciones y de presentar demandas contra quienes se hacían eco de acusaciones o libros que reflejaban sospechas.

Algunas cosas que dijo este mediodía la entrevistadora en la entrevista que le han hecho a ella, a su vez, en la CBS:

· Fue Armstrong quien se puso en contacto conmigo porque deseaba hablar. Me visitó en vacaciones y acordamos que él podría decir lo que quisiera para que los espectadores sacaran conclusiones.

· Sus respuestas me sorprendieron, no esperaba que dijera tanto. Estábamos hipnotizados por lo que oíamos. Decir que fue un momento cargado de emociones es poco. Creo que Armstrong lo pasó francamente mal.

· Había un equipo de personas de su confianza en la grabación, pero entre ellas no estaban sus abogados.

También ha dicho Oprah que al final la entrevista se emitirá en dos días, porque tiene tanta fuerza que no es posible cortarla. Desde primeros de enero circulaba el rumor de que Armstrong meditaba admitir el dopaje.

Lo publicó el New York Times y lo negaron sus abogados. Pero el runrún siguió ahí, envuelto en preguntas sobre los motivos últimos del deportista para confesar ahora. La pregunta tiene sentido, porque declararse culpable puede servirle para que la inhabilitación no sea de por vida, pero también le traerá consecuencias legales muy adversas en todos los casos en que antiguos patrocinadores o empleadores le demanden por estafa: hay una aseguradora deportiva que le reclama diez millones de euros por daños y perjuicios, hay un periódico británico que tuvo que indemnizar a Armstrong por informar del dopaje y que ahora espera que sea él quien pague al diario y hay un estado australiano, que se llama Australia del Sur, que le contrató para participar en tres ediciones de una prueba ciclista y que hoy mismo ha dicho, al conocer lo de la entrevista, que exigirá la devolución de todo lo cobrado.

¿Por qué confiesa Armstrong? Es la pregunta que aún no se sabe si tendrá respuesta en la propia entrevista. Una posible respuesta es que su conciencia le obliga a hacerlo. Otra, que ha aceptado un acuerdo con la fiscalía norteamericana para evitar el riesgo de condena en una demanda por malversación de dinero público.

¿Por qué? Porque el equipo US Postal lo patrocinaba el servicio postal de Estados Unidos, la administración federal, luego el dinero era de los contribuyentes norteamericanos y eso, en aquel país, son palabras mayores. Sentencia de conformidad, que diríamos aquí: admites la culpa, la fiscalía amarra el caso y se pacta un castigo inferior al máximo que podría haberse reclamado.

Armstrong no es de Unió Democrática de Cataluña, pero es probable que su asunción de culpa tenga motivos parecidos a los de Pallerols y compañía. Vamos a tener que hacerle una oferta a Oprah para que se venga a España a entrevistar gente. Gente que lo niega todo, lo rechaza, lo refuta; gente que advierte con emprender acciones legales contra quienes pongan en duda su honradez y se resiste a dar explicaciones sobre la procedencia de su fortuna. Y que a veces, es verdad, son perfectamente inocentes. Otras veces, por el contrario, son mentirosos consumados al lado de los cuales Luis Roldán es un aficionado.

Ésta es la dificultad que siempre se presenta al juzgar el testimonio de una persona. Se la puede colar a un entrevistador y se la puede colar a un juez. Al juez de instrucción le corresponde, cuando interroga a un testigo o a un imputado, discernir entre quien es sincero y quien fabula, establecer qué crédito concede a lo escuchado y actuar en consecuencia.

Al juez Ruz, de la Audiencia Nacional, le corresponde hacer justo eso cuando interrogue a Victoria Álvarez, esta señora de la que sólo han trascendido las siglas y que fue novia de un señor cuyo nombre completo es muy conocido: Jordi Pujol, hijo. La antigua novia es la que dice que evadía dinero en efectivo a Andorra aprovechando las excursiones para esquiar. Y la Audiencia Nacional lo que ha dicho hoy es que hay que interrogarla.

Ayer comentamos que el fiscal general Torres Dulce insistía en que había indicios de delito suficientes en la denuncia de esta señora como para tomarle, al menos, declaración (y para hacerlo en la Audiencia Nacional puesto que los presuntos delitos serían contra la Hacienda). El juez Ruz entendió que la denuncia de la ex novia no encajaba en las competencias de la Audiencia y despachó el asunto. Sus superiores lo que dicen es que entendió mal, o sea, que tiene que interrogar a la señora a ver qué tiene.

Por supuesto, la sala no prejuzga ni da por probado que Jordi Pujol hijo haya hecho nada delictivo -a nadie se le escapa que siempre pueden existir razones bastardas en quien acusa a otra persona de llevarse dinero a Andorra-, pero sí establece que es obligación de la Justicia indagar. Y eso hará ahora el juez Ruz, indagar en el asunto de las bolsas. Los casos en los que aparece mencionado el apellido Pujol -o los apellidos Pujol Ferrusola, Jordi, Josep, Oriol- siguen vivos.

Mediáticamente vivos todos ellos y judicialmente, como se ve, al menos este: el de las bolsas de Andorra, aún en fase incipiente. Hay que traer a Oprah a entrevistar gente para ir separando el grano de la paja y los datos de las pajas. Oprah como estímulo de confesiones públicas, la prueba del algodón, el polígrafo hecho entrevistadora.