OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "El Rey emérito y Pujol, vidas paralelas"

Carlos Alsina reflexiona en Más de uno sobre la última información del dinero del rey Juan Carlos y sobre la decisión del juez José de la Mata, que tras tres años investigando a la familia Pujol envía juicio a Pujol Soley, su señora Ferrusola, los siete hijos del matrimonio y otras 18 personas.

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Carlos Alsina

| 17.07.2020 08:30

Con España metida en el verano, viendo cómo los nuevos contagiados por el coronavirus aumentan cada día (y aumentan cada vez más deprisa) y asistiendo al goteo de informaciones diarias sobre el dinero del rey Juan Carlos (la principal de sus aficiones, según esa autoridad en la materia que es Corinna). El trasiego de millones que, seis años después de que abdicara, hace que se caiga a pedazos el crédito del monarca anterior y su imagen decadente, afectada de carcoma.

Fue un verano de pasmo aquel de 2014. En junio se apareció en televisión el rey Juan Carlos una mañana para anunciarnos a todos que dimitía. ‘Abdicar la corona’ es como se le llama a dimitir cuando tu cargo es del de rey. ‘Roi’, como consta en el documento con el que abrió la cuenta en Suiza de la Fundación Lucum. Ahora sabemos que aquella cuenta se cerró a sugerencia del banquero Maribaud cuando el monarca empezó a tambalearse a raíz del accidente de Botswana.

En junio de 2014 abdicó el rey. El mes siguiente, abdicó Jordi Pujol.

El pope del nacionalismo catalán, reverenciado por sus herederos políticos y por la mayoría de los periodistas de la tierra, confesó por escrito que tenía una fortuna oculta en Andorra. Para la dinastía convergente aquello fue mucho más impactante que la renuncia de don Juan Carlos. Pujol era el arquitecto del régimen clientelar catalán. El artífice de la hegemonía que disfrutó su partido durante décadas. Pujol y su familia. El clan de los Pujol Ferrusola. La familia real catalana.

La tarde del 25 de julio de 2014 los medios de comunicación recibimos, todos a la vez, un comunicado. Del cabeza de familia. Paradójicamente, su objetivo era desmentir las informaciones de prensa que, desde hacía meses, cuestionaban el origen del patrimonio familiar.

Es decir, que el viejo Pujol emitió aquel comunicado para desmentir que el clan hubiera hecho fortuna a base de cobrar comisiones y vender favores. Sólo para eso contó ese día la historia del abuelo Florenci. Que luego repitió en el Parlamento catalán.

Su padre, rico y preocupado por el futuro del hijo metido en política, que le deja en herencia el dineral que ha escondido en Andorra. Sostenía el confeso que en todos los años transcurridos desde que el padre pasó a mejor vida (año 1980) no encontró el momento para declarar la herencia y regularizarla. Gobernó y gobernó, exigiendo a los catalanes que cumplieran con sus obligaciones fiscales, mientras él las eludía impunemente. Sólo llegado 2012, y fuera ya del poder, se apuntó la familia a la amnistía fiscal del ministro Montoro. Esta amnistía, por cierto, es de la que habla Corinna en su declaración ante el fiscal Bertossa cuando le pregunta si el rey declaró su dinero a la Hacienda española. Que ella oyó hablar de una amnistía, pero que no conoce los detalles. A Villarejo sí se los contó la princesa. Le dijo que el rey tenía varias cuentas y algunas si las había regularizado.

Esta historia de hoy podría llamarse ‘vidas paralelas’. En 2012, la amnistía fiscal. En 2014, las abdicaciones.

Al rey Juan Carlos le organizó el dinero en Suiza, fundaciones falsas incluidas, la pareja Arturo Fassana-Dante Canónica. A la familia Pujol también, presuntamente. Eran los gestores favoritos de los evasores españoles. Y llegó a publicarse una información que decía que el CNI había estado negociando con los Pujol para que guardaran silencio sobre lo que ellos sabían del rey Juan Carlos. Bien es verdad que la fuente de aquella información era el comisario Villarejo. Todo pasa siempre por los mismos canales.

Cuando compareció en el Parlamento catalán, septiembre de 2014, Jordi Pujol soltó esta frase que tuvo entonces enorme eco. ‘Si vas serrando la rama de un árbol al final caen todos los nidos que hay. No es que caerá éste de aquí o aquel de allí. No, no, caerán todos’. Caerán todos.

El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata (tres años investigando a la familia) envía juicio a Pujol Soley, su señora Ferrusola, los siete hijos del matrimonio y otras dieciocho personas, entre ellos los empresarios Sumarroca. Sostiene el magistrado que hay razones sobradas para juzgarlos a todos. La familia Pujol vendría a ser el prototipo de familia delictiva (numerosa y delictiva): aprovechando el poder que tenía el padre, habría hecho fortuna a base de comisiones por contratos, adjudicaciones y recalificaciones. Fortuna escondida a Hacienda a base de sociedades tapadera y paraísos fiscales.

Del verano convulso de 2014 al verano convulso de 2020. Del rey Juan Carlos al virrey Pujol. Vidas paralelas.

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