"El embudo"
Les voy a decir una cosa.
Víctor Hugo Morales, el hombre que narró el gol del siglo de Maradona -quizá el más célebre narrador futbolístico de la radio suramericana-, conduce ahora el programa matinal de Continental Radio, cadena argentina que fue, en su día, propiedad de una compañía española, Telefónica, y que ahora está vinculada a otra empresa española, Prisa.
A las nueve de esta mañana, hora de Buenos Aires, el periodista Morales inició su programa emitiendo esta canción que se llama “El embudo” y que escribió Marcelo Berbel, poeta y músico argentino hijo de un emigrante andaluz. Una canción que habla del petróleo y del fruto de la tierra argentina que se va lejos para enriquecer a otros.
Enriquecen otros lares y empobrecen los de acá. Esta canción le ha servido a Víctor Hugo Morales de fondo musical para todo el primer tramo de su programa, que inició con una sucesión de declaraciones, como si fuera un cruce de reproches a lo Pimpinela, entre Cristina y Brufau, tomadas de sus respectivas intervenciones de ayer y hoy, y en el que fue recabando opiniones diversas sobre la expropiación de YPF.
La mayoría de ellas, empezando por la suya propia, favorables a la intervención del gobierno Kirchner.
Se anunció, en este programa, una entrevista a un profesor de economía español, Juan Carlos Monedero, al que presentan como “personalidad muy respetada en España”, y que sostiene no sólo que Cristina ha hecho lo que debía, sino que nuestro país debería hacer lo mismo que Argentina y aparcar su mirada colonial sobre América.
En Radio Mitre, emisora que pertenece al Grupo Clarín, el más crítico con el gobierno Kirchner, el programa de la mañana lo conduce Chiche Gelblung. Que hizo una presentación del tema menos beligerante (o militante), digamos, pero que deslizó alguna guasa sobre el grado de información que manejaba el gobierno español cuando dijo que el conflicto estaba encauzado. ¿Quién es el responsable de la inteligencia en España?, bromeó, ¿acaso allá creen que es posible saber lo que nuestra presidenta tiene en la cabeza? En Mitre se fijaron en la respuesta de la Unión Europea a la expropiación de YPF -está enojados y no lo van a dejar pasar- pero también en la frase que pronunció el secretario de Estado español para la UE, Méndez de Vigo, cuando dijo la semana pasada que, si Argentina expropiaba, se convertiría en un país apestado en los mercados internacionales. Que en esta emisora argentina reformularon como “país apestoso”.
Repsol se va a la lona, decían en Mitre. Continental y Mitre representan dos líneas periodísticas diferentes en la Argentina. Ambas han reflejado esta mañana la controversia y ambas han recogido opiniones a favor y en contra de la intervención de YPF, pero tanto en una como en otra la opinión mayoritaria era favorable a la expropiación. Las voces en contra, allí, son minoritarias. Y entre esas voces destacó esta tarde la del jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, que ejerce, en la práctica, de líder de la oposición a Cristina, y que ha dicho que anoche se fue a dormir muy preocupado y que los diputados del Congreso deberían reflexionar seriamente sobre la reforma legal que tienen en sus manos.
“Nos va a ir peor”. Hay personas en Argentina que piensan así, pero sería engañarse pensar, a la vista de lo que hoy se escucha y se lee en los medios de comunicación de aquel país, que sea ésta la opinión más extendida. La apelación de la muy populista Cristina al patriotismo “hidrocarburífero” le ha funcionado todo lo bien que ella esperaba. Ahora confía en que las consecuencias nefastas que muchos analistas anticipan para Argentina (el “tiro en el pie” que dice García Margallo contagiado de las escenas cinegéticas que estamos viviendo) acaben no siendo tan duras, y que la tormenta internacional que, en teoría, iba a desatarse contra su gobierno se quede en simple vientecillo. Desde luego, si Hillary Clinton sirve de anemómetro, tormenta va a haber poca porque esta señora, nada más preguntarle, ya se ha puesto de perfil.
En España, y a diferencia de lo que ocurre en Argentina, la opinión mayoritaria en los medios de comunicación es que no tiene un pase que un gobierno entre por las bravas en el capital de una empresa privada, expulse de las instalaciones a los directivos y tome el control de la compañía sin especificar ni cómo ni cuándo procederá a estimar el precio que está dispuesto a pagar por ella.
Hoy Repsol ha reclamado ocho mil millones de euros por el capital incautado y ha devuelto el golpe a Cristina (es una forma de hablar) llamándola “depredadora” y acusándola de querer tapar su desastrosa gestión inventando enemigos extranjeros. A este paso Rajoy va a visitar antes La Habana que Buenos Aires. Aunque tendrá ocasión de cambiar impresiones con Cristina (es otra forma de hablar) cuando coincidan ambos en junio en la cumbre del G-20 que se celebrará en México.
Hoy ha llegado el presidente español a Puerto Vallarta, como hacía el capitán Stubing, en el comienzo de su primer viaje oficial a Iberoamérica y coincidiendo con la reunión que allí celebra el Foro Económico Mundial, que es una Fundación que organiza cumbres de líderes políticos, no confundir con el Fondo Monetario Internacional, que es una organización que les dice a esos mismos líderes lo que deberían hacer para que sus países funcionaran.
Hoy el FMI ha hecho llover piedras de nuevo sobre nuestro horizonte económico. Empeora la estimación para este 2012 (caída del 1,8 % del PIB), dice que ni de broma podremos cumplir el 3% de déficit en 2013 -con suerte empezaremos a cumplirlo en 2018- y de paso sugiere que al gobierno se le ha ido la mano con el recorte.
Oiga, yo me pido ser analista del FMI. Te pasas años exigiéndole a los gobiernos españoles que le metan mano al gasto público, que recorten, que recorten, y cuando se ponen en serio a recortar les dices: uy, que te has pasado, Mariano, que así no hay manera de crecer. No hay que ser del FMI para saber que con tanta restricción es poco menos que imposible remontar la actividad económica este año, pero vete a decírselo a la señora Merkel, que es quien ha marcado la hoja de ruta y no permite ni una licencia a la hora de ejecutarla. Rajoy, en privado, seguro que comparte el diagnóstico, aunque en público trate de reconstruir su imagen de devoto discípulo de la canciller.
A Sarkozy no se le perdona que siga aireando la situación económica de España como asustaviejas de su campaña en Francia, pero se le agradece que, aunque sea arrastrado por el empuje de su oponente socialista en la campaña, haya empezado a reclamar que el Banco Central Europeo tenga como misión algo más que mantener la inflación a raya. O traducido: que, a la manera del Banco Central de los Estados Unidos, meta dinero en el sistema para reanimar la economía cuando ésta corra el riesgo de acabar muerta. Sarkozy, naturalmente, dice ahora esto por la misma razón por la que ha prohibido a Merkel acercarse por Francia: está en campaña, ve las encuestas y sabe lo que hay.
Pero su afirmación ha despertado la esperanza en otros gobiernos europeos para que se reabra el viejo debate sobre si la terapia Merkel es la purga de Benito salvífica y sanadora, o es un tiro en la sien, ahora que están de moda los símiles armados.