Monólogo de Alsina: "El cuestionario del caso Dina"
Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la apertura de las fronteras a los viajeros y sobre las novedades del caso Dina Bousselham.
| 30.06.2020 08:26
Ni siquiera estamos cerca del final de la pandemia. El director general de la Organización Mundial de la Salud se ha especializado en hacer de Jeremías en el Libro de las Lamentaciones. Ya no hay día que salga que nos reprenda a todos por dejarnos llevar por la complacencia. No crean que esto ya pasó porque esto está empezando.
Hombre, complacencia no es que tengamos, pero habrá de entender el señor Adhanom Gebreyesus que después de doscientos cincuenta mil contagios, veitiocho mil fallecidos (que seguramente son cuarenta mil) y tres meses y pico en estado de alarma, nos haga ilusión contar que Asturias, por ejemplo, cumple dos semanas sin ningún contagio nuevo y presume, por ello, de haber quedado libre del virus. Es verdad, como diría el doctor Simón, que todo es bastante frágil porque en cualquier momento te puede llegar una persona contagiada, sin saberlo, y declararse un brote, pero siempre serán mejor dos semanas sin casos nuevos que un día con cien nuevos infectados. Todas las comunidades autónomas quisieran hoy ser Asturias, sobre todo aquellas en las que están los once brotes que mayor número de afectados presentan: en Murcia, en Valencia, en Málaga, en Santander, en Huesca. Vuelve a estar el coronavirus muy repartido.
Mañana se dará un paso más a la normalidad que aún no ha llegado del todo con la apertura de fronteras a los viajeros de otros quince países y la reanudación de la circulación libre entre Portugal y España. Qué importante para las relaciones comerciales, y vecinales, y familiares de los dos países esta apertura que mañana presidirán el rey Felipe y Rebelo de Sousa. Pero con cada nueva apertura de fronteras, y con cada restricción a los viajeros que cae, aumenta la dificultad de impedir que a lo brotes que ya tenemos aquí se sumen posibles casos importados de fuera.
El gobierno insiste en lo que viene diciendo: si hay que volver a declarar la alarma, se declara. Pero a día de hoy no hay razones para hacerlo. En la neo lengua ésta que hemos aprendido todos con los conceptos que nos va lanzando el gobierno hoy apuntamos lo del confinamiento quirúrgico, que consiste en que se encierra en su casa a los vecinos de un bloque, o a los trabajadores de una empresa, o a los vecinos de un municipio. Ha dicho López Miras en Murcia que igual vuelve a confinar pueblos. Como hizo el día antes de que se declarara la alarma al ver que llegaban madrileños a sus segundas residencias sin saber si llevaban el virus consigo.
Confinamiento quirúrgico. Apuntado queda.
Asuntos pendientes. Caso Dina Bousselham. El curioso caso de la tarjeta de memoria y las versiones cambiantes. Dos novedades y una constante.
La primera novedad es que los dos periodistas de Interviu que están investigados en la causa, Pozas y Rendueles, solicitan que a ellos se les deje ya tranquilos y libres de sospecha. Dado que la señora Bousselham, víctima del robo y de la revelación de su intimidad, ha cambiado de versión varias veces y que no les señala a ellos como responsables de nada, piden que se sobresea lo suyo.
La segunda novedad es que Vox denuncia en anticorrupción a Iglesias, a Dina, a la abogada Flor Núñez y al fiscal Stampa. Más interesante que los motivos, obvios, de Vox para tomar esta iniciativa es la valoración que le merezca a la fiscalía ante la que se presenta la denuncia. Y que va contra uno de los suyos.
Y la constante de las últimas semanas es el silencio de los protagonistas. Singularmente uno, el vicepresidente del gobierno. Que por el cargo que hoy ocupa habría de ser el más interesado en despejar dudas y responder a todas las preguntas que, a raíz de las dos últimas declaraciones de la señora Bousselham, ahora se acumulan. Hoy mismo tiene una oportunidad de hacerlo, con los periodistas presentes en el palacio de la Moncloa.
Por si algún día se anima el adalid de la transparencia, ahí van algunas.
· Recordamos: a Interviu llegó una tarjeta de memoria. Ven que sale Iglesias y creen que son fotos de su novia. Le citan para entregarle la tarjeta y no publican nada. Pregunta: dado que Iglesias sabía que a Dina le habían robado el móvil dos meses antes porque ella se lo había contado, y viendo que las fotos y los vídeos eran de ella, ¿advirtió a Antonio Asensio de que esa tarjeta de memoria procedía de un teléfono robado? (Si lo hubiera hecho probablemente Asensio habría tenido que entregarle la tarjeta no a él sino a la comisaría que investigaba el robo). ¿Le contó a quién pertenecía la tarjeta? ¿Se ofreció a hacérsela llegar a su dueña?
· Cuando Iglesias vio lo que tenía la tarjeta, ¿qué pensó al comprobar que su leal amiga había hecho capturas de conversaciones en las que él quedaba como un machista?
· El señor Iglesias se lleva la tarjeta que no es suya y pasan meses hasta que se la entrega a Dina Bousselham. Al menos, seis meses. Quizá hasta un año. Pregunta: si OK Diario no hubiera publicado los pantallazos de Telegram, ¿habría hecho saber Iglesias a su subordinada que él mismo había recibido la tarjeta de memoria en enero?
· ¿Cuando le devolvió a su propietaria la tarjeta en cuestión? Ella no lo recuerda. Le dijo la juez que debió recibirla unos días antes de recurrir a la empresa de recuperación de datos porque la tarjeta no funcionaba. Los correos con la empresa son de enero de 2017, cinco meses después de lo de Ok Diario. Por tanto, pregunta, ¿cuándo le dijo Iglesias a Dina que tenía la tarjeta y por qué decidió que ya no debía seguir ocultándoselo?
· Ella declaró en el juzgado que Iglesias le había contado que intentaron venderle fotos suyas para chantajearle. Pregunta: ¿Lo hizo? ¿Fue esa la primera versión que le dio a la dueña de la tarjeta de cómo había acabado en sus manos?
· Ella declaró en el juzgado que tarjeta estaba ilegible. Por eso dice que nunca podido confirmar que fuera la suya, porque no pudo ver lo que contenía. Sólo la tercera vez, 27 de mayo, cambió de versión para decir que la primera vez sí le funcionó. Pregunta: ¿fue Iglesias quien le animó a modificar de forma tan notable su versión de los hechos?
· La tarjeta, dice el juez, le llegó a Dina destruída. Pregunta: ¿qué uso hizo Iglesias de esa tarjeta para que acabara deteriorada por completo? ¿Hizo él mismo copias del contenido? De ser así, ¿con qué objetivo?
· Cuando Iglesias sostuvo en público, y ante el juez, que Villarejo había urdido el robo del móvil para perjudicar a Podemos, ¿se lo creía? ¿Sospechaba realmente que era así o lo dijo por pura conveniencia?
· ¿Estaba al tanto el señor Iglesias de que la abogada Flor Núñez presumía en conversaciones con dirigentes del partido de su estrecha relación con un fiscal anticorrupción que según ella le informaba de lo que había en la causa villareja? ¿Se le advirtió a la abogada, como cuenta hoy El Independiente, de que esa relación podía contaminar la causa y el papel de Podemos? ¿Se le dio a elegir entre mantener la relación o mantenerse como abogada? Eligió la segunda opción pero más tarde admitió que la relación continuaba?
· La expulsión del equipo juridico del partido del abogado Calvente, en octubre de 2019, ¿tuvo algo que ver con las tensiones internas respecto de esta causa y el papel de la abogada? ¿Recuerda Iglesias que acusó a Calvente de un acoso de género a una empleada del partido?
· ¿Por qué todo el empeño de la abogada en las dos declaraciones de mayo ha sido que no se pueda atribuir a Dina el envío de los pantallazos macho alfa y que no se pueda atribuir a Iglesias haber deteriorado la tarjeta de memoria?
· Y la última pregunta: ¿de verdad quiere saber Iglesias lo que pasó? O mejor: ¿de verdad quiere Iglesias, vicepresidente segundo del gobierno de España, que se sepa todo lo que pasó?
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