Monólogo de Alsina: "Pinchó la operación distracción y camuflaje"
Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre el fracaso de Pedro Sánchez intentando centrar el debate público en los "grandes hits de la corrupción del PP" y evitar dar explicaciones del espionaje de Pegasus durante la sesión parlamentaria de ayer.
Madrid | 27.05.2022 08:46
Hoy debería empezar el monólogo con un plano secuencia en homenaje a Ray Liotta. Uno de los nuestros. Nunca tuvo nada que ver con la mafia, que se sepa, pero su rostro quedó para siempre ligado a la imagen del ganster. Era de Newark, como Philip Roth. Y como Paul Auster. Y se murió ayer en Santo Domingo mientras dormía. Deja sin terminar el rodaje de una película.
Se espera una mañana blanca en el aeropuerto de Madrid
Bueno, media España cuenta ya las horas que quedan para el choque de mañana. En concreto son treinta y siete horas. Mañana -igual usted aún no se ha enterado- es la final de la Champions, último gran acontecimiento futbolero de la Europa que agota la primavera.
La oportunidad que tiene el madridismo de completar una temporada de triunfos y de desquitarse de Mbappé, todo en el mismo día. Ganarle al Liverpool en París, la ciudad del PSG, de Nasser Al Kelaifi, empleado del emir de Catar, y de Enmanuel Macron, que también enredó para abortar el fichaje. Se espera una mañana tirando a blanca en el aeropuerto de Madrid: aficionados que se han pedido hoy el día para poder plantarse en París esta misma mañana.
Enhorabuena a Arancha González Laya
Se va acabando mayo y hay que dar la enhorauena esta mañana a una ministra de tuvo Pedro Sánchez y cuyo nombre seguro que le suena: Arancha González Laya. Defenestrada por el presidente para satisfacer el afán de revancha de su nuevo mejor amigo, que es Mohamed.
Mohamed VI, rey de Marruecos y primer sospechoso de haberle infectado a Sánchez con el Pegasus y que hace un año estaba alentando a la gente a bordear El Espigón en Ceuta, arriesgando la vida, para inundar aquello de ciudadanos sin papeles y desestabilizar la ciudad y al Gobierno de España.
Arancha González Laya, defenestrada por el presidente para satisfacer el afán de revancha de su nuevo mejor amigo, Mohamed VI
Hay que darle la enhorabuena a la ex ministra porque el asunto judicial que perturbaba sus sueños se ha terminado. Y para ella ha terminado bien porque la Audiencia provincial de Zaragoza archiva el caso Galli y tumba los argumentos del juez instructor para imputarla.
En resumen lo que dice la Audiencia es que al líder del Polisario se le dejó entrar en España saltándose los controles fronterizos, pero que es potestad del Gobierno tomar esa decisión que es política y carece de consecuencias penales. Y que sobre el aspecto más delicado del caso, que fue el hecho de que Galli estuviera reclamado por la Audiencia Nacional y no se informara al juez de su presencia en España, declara el tribunal que no existen, no ya pruebas sino siquiera indicios, de que Laya estuviera al tanto de esa circunstancia judicial cuando realizó los preparativos para que Brahim Galli fuera conducido al hospital de Logroño.
La ex ministra queda, en lo penal, exonerada. En lo político fue Sánchez quien se ocupó de condenarla
El criterio del juez instructor queda más que corregido, desarbolado por los jueces que integran el órgano superior. La ex ministra queda, en lo penal, exonerada. En lo político fue Sánchez quien se ocupó de condenarla a entregar su cartera a José Manuel Albares.
Depuración ministerial, justo en los días de la infección con Pegasus, que fue el comienzo del giro que ha llevado al presidente, tan dado a los giros, por otra parte, a congraciarse con Mohamed y abrazar su posición sobre el Sáhara.
La treta parlamentaria diseñada por la Moncloa, ayer pinchó
Sobre Pegasus no aportó novedad alguna el presidente en su comparecencia -entre mitinera y burocrática- de ayer en el Congreso. La treta parlamentaria diseñada por la Moncloa, ayer pinchó. Decir que vas a hablar de Pegasus y dedicar la mañana a censurar a Rajoy por los manejos de Cospedal y Fernández Díaz, sacar a pasear a Villarejo, evocar los grandes hits de la corrupción del PP es una maniobra de distracción tan burda que emborrona el historial de ardides, tretas y trucos ingeniosos con que el presidente viene hurtando al Parlamento todas las respuestas a las preguntas que se le hacen.
Evocar los grandes hits de la corrupción del PP es una maniobra de distracción tan burda que emborrona el historial de ardides, tretas y trucos ingeniosos con que el Sánchez hurta al Parlamento de todas las respuestas
Que sí, presidente, que sí. Que existió Fernández Díaz, y Villarejo y lo que usted quiera (en su día, por cierto, usted era muy poco partidario de que saliera a la luz todo el material del comisario), pero que quien gobierna desde hace cuatro años es usted y el Pegasus se ha empleado gobernando usted y a quien acusan de espiar adversarios políticos es a usted.
Adversarios que acabaron siendo socios
Adversarios que acabaron siendo socios, que eso, y solo eso, es lo que al Gobierno le ha incomodado tanto que lleva un mes haciéndose perdonar. Y en ellos sigue.
Lamenta que al saberse lo de Pegasus se le hayan revuelto un poco sus compadres Aragonès y Junqueras. El presidente descarga sobre el CNI, la depurada Paz Esteban, la responsabilidad de haber espiado a Pere Aragonès y otras personas del movimiento nacional independentista. ¿Él qué iba a saber, si sólo era el presidente del Gobierno?
Pero a la vez da por bueno que Pere Aragonès fuera espidado. El contexto era el que era, dijo ayer, y todo se hizo conforme a la ley. Luego bien espiado estuvo, ¿no es eso, presidente? Claro, en otoño de 2019 a Sánchez le parecía muy creíble que los líderes independentistas pudieran estar detrás de los actos violentos en Cataluña y del tsunami democrátic. A pesar de lo cual, se encomendó unas pocas semanas después a ellos, gatillazo electoral mediante, para hacer prosperar (enero de 2020) su propia investidura.
¿Las elecciones resultan un fiasco y necesito que el independentismo se me abstenga? Mesa de diálogo, alfombra roja para Torra, blanqueamiento, indulto y beatificación de Oriol Junqueras
Está bien que el presidente firme un retrato tan fiel, y tan crudo, de sí mismo y de su forma de entender la política. ¿Creo que no voy a necesitar a estos y que cargando contra ellos me atraigo a los votantes de Ciudadanos? Satanizo al independentismo y pongo bajo sospecha a sus líderes. ¿Las elecciones resultan un fiasco y necesito que el independentismo se me abstenga? Mesa de diálogo, alfombra roja para Torra, blanqueamiento, indulto y beatificación de Oriol Junqueras.
Sánchez culmina su proceso de asimilación de la jerga y el relato indepe
El retrato del presidente ante el espejo: la convenciencia y el corto plazo como único motor, única unidad de medida.
Sánchez culmina su proceso de asimilación de la jerga y el relato indepe y ya lo dice con todas las palabras: la culpa de que su hoy compadre Junqueras promoviera la sedición es de Rajoy por no haberle dado cuartelillo.
En un brete. Atentar contra el derecho a decidir de todo el país, arremeter contra la Constitución, ahora es un brete. He aquí la evolución, o involución, de un presidente: de tipificar aquello como rebelión a despacharlo como un brete. Oir para creer. En esto, Sánchez el geómetra, el contorsionista, el camaleón, nunca defrauda.
Abandonado el presidente. Feijóo le echó un capote
El presidente puso como un trapo por la mañana al PP, como ya es tradición en el líder de la oposición a la oposición, o sea, Sánchez, y por la tarde estaba resoplando porque fue la abstención del PP lo que hizo posible que otro de sus proyectos atascados, la ley Audiovisual, prosperara.
Abandonado el presidente, como también va siendo ya tradición, por sus socios de investidura y medio abandonado por Podemos, que no apoyó el proyecto del gobierno al que pertenece. Fue Feijóo quien le echó un capote. Siempre crispando el PP, siempre crispando.