Monólogo de Alsina: "Hermandad de madrugadores"
En el Día Mundial de la Radio, Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre el papel fundamental de la radio en la guerra de Ucrania, donde este medio se ha convertido en la única fuente de información que ha sobrevivido a los bombardeos y cortes de electricidad constantes.
Madrid | 13.02.2023 09:21 (Publicado 13.02.2023 08:47)
Víspera de San Valentín y día del Amor a la Radio. Hoy el santoral debería recoger que es San Luis del Olmo, y San García, y San Martín Ferrand y San Iñaki y san todos los nombres que hicieron grande este medio que usted elige cada jornada. Ésta y las demás emisoras de radio de España. Hoy también es tu santo, generoso oyente que mantienes viva esta forma de conectarnos, de modo que feliz, feliz, en tu día y que la suerte te sonría.
Lo que es imposible en otros medios es perfectamente posible en la radio
A las doce del mediodía, después del boletín de noticias, viviremos un momento poco frecuente en esto que los cursis ahora llaman el ecosistema mediático español. Usted, seguramente, considera imposible que un día cualquiera los principales periódicos publiquen las mismas páginas: que se pongan de acuerdo para que una parte del periódico sea idéntica en todos ellos. Seguramente considera imposible que las cadenas de televisión emitan un mismo programa todas a la vez, y que no sea el discurso de Nochebuena del rey, que en ése sólo sale el rey y además es el rey, o sea que no cuenta. Y sin embargo, en la radio sí. En la radio sí pasa.
Pasará este mediodía, cuando nos juntemos los oyentes de las tres cadenas privadas con mayor peso para compartir unos cuantos minutos juntos. En emisión conjunta. Y hermanada. Lo que resulta imposible en los otros medios es perfectamente posible en el nuestro. Porque usted sabe que en la radio casi nada es imposible.
Historias de la radio en guerra
Trece de febrero, a punto de cumplirse ya un año de guerra en Ucrania -o en en rigor, de agresión de Rusia a su vecino y de resistencia de éste a ser sometido y maniatado-.
A partir de las diez, en 'Más de uno', les vamos a proponer un viaje a la guerra y a la radio. A la radio en tiempos de guerra. La radio en Ucrania. A partir del testimonio de quienes la mantienen viva allí. Los radiofonistas ucranianos que han adaptado sus programas para que la comunicación permanezca a pesar de las bombas y las sirenas y los gritos y los muertos.
Cuando han caído las bombas y han dejado los hogares sin electricidad, sin televisión, un viejo transistor a pilas se convierte en el hilo que mantiene comunicados a los vecinos con la historia que se sigue escribiendo en su país
Cuando han caído las bombas y han dejado los hogares sin electricidad, sin televisión, sin posibilidad de recargar los móviles, un viejo transistor a pilas se convierte en el hilo que mantiene comunicados a los vecinos con la historia que se sigue escribiendo en su país. Esta mañana conoceremos a Anastasia Stanko, locutora de Radio Romaske. Conoceremos a Sonia Sotnik, locutora de Rocks Radio. Su marido está en el frente del Donbás, frenando a los rusos. Ella presenta cada mañana un programa de tres horas y media.
Historias de la radio en guerra. Historias de una guerra que está contando la radio. Ofreciendo información, acompañando con música, reivindicando la cultura ucraniana. Los poemas de Taras Shevchenko que Radio Cultura emite en la voz de grandes actores del país. Qué te digo yo, los Pepe Sacristán de Ucrania.
Esta mañana, aquí, en un programa de radio de España celebramos el día de la radio celebrando el trabajo de quienes hacen radio en Ucrania.
Manifestación a favor de la sanidad pública en Madrid
Por decenas de miles se cuentan las personas que se manifestaron este domingo en Madrid contra la gestión que el gobierno Ayuso hace de la sanidad pública. Si a la manifestación hubieran acudido menos ciudadanos que hace tres meses le habría faltado tiempo al gobierno regional para celebrar el naufragio de la iniciativa.
Como según la delegación de gobierno, y a la vista de las imágenes, fueron como poco las mismas que hace tres meses y probablemente más, el gobierno regional ha echado mano de los tópicos y las etiquetas para diluir la dimensión de la protesta.
El gobierno regional ha echado mano de los tópicos y las etiquetas para diluir la dimensión de la protesta
Que un político diga que hay una manifestación es política como si eso la desmereciera es para nota. Es posible que el vicepresidente Ossorio tenga comprobada la militancia izquierdista de las decenas de miles de manifestantes, pero incluso si así fuera seguirían teniendo derecho -y ellos entienden que motivo- para protestar. Por mucho interés político, o de grupos políticos, que haya detrás de una convocatoria, difícilmente alcanza un grado de seguimiento tan notable si no hay tema, es decir, si no existe, al margen de militancias, una percepción extendida (ni no mayoritaria) de que la atención primeria se devalúa y la gestión de los responsables no mejora.
Claro que hay elecciones en mayo. Y hacen bien los colectivos que se sienten poco atendidos por sus gobiernos autonómicos en aprovechan estas semanas previas a las urnas para reclamar soluciones. Saben que nunca como ahora van a ser receptivos. Lo hemos visto en Cataluña, lo hemos visto en la Comunidad Valenciana, lo hemos visto en Extremadura.
Sánchez se sube al carro de la protesta por la sanidad pública
Pedro Sánchez, que está a dos minutos de empezar a hablar de la casta como si fuera el Pablo Iglesias de otros tiempos, se subió al carro de la protesta por la sanidad pública como si el gobierno central fuera ajeno por completo a esta materia.
Lo del ‘que se cure quien pueda’ lo dijo Sánchez en Andalucía, tierra en la que ya hizo este discurso el PSOE en las últimas autonómicas y consiguió Moreno mayoría absoluta. Y donde Feijóo confía en obtener el mejor resultado histórico del PP.
En la gala de los Goya no se mencionó la guerra de Ucrania
La defensa de la sanidad pública fue el salmo que más se repitió el sábado en los discursos de la gala de los Goya. Es una bandera que puede agarrarse sin riesgo y que siempre merece, para quien la agarra, un aplauso.
Otras banderas, que también asomaron tímidamente, fueron menos aplaudidas. La palabra guerra se mencionó alguna vez, pero sin apellido: me pareció -quizá me equivoco- que nadie dijo ‘Ucrania’. ‘Guerra’ sí, pero en abstracto, para condenar todas las guerras y lamentar esta guerra de ahora. Un mensaje de aliento a los ucranianos que combaten a los rusos y defienden, así, su libertad de elegir, su identidad nacional y su cultura no fue ni repetido ni explícito.
Al régimen iraní y la represión que viene ejerciendo sí le dedicó su intervención Jota Bayona. Con algunos aplausos, pero sin ovación atronadora.
Un mensaje de aliento a los ucranianos que combaten a los rusos y defienden, así, su libertad de elegir, su identidad nacional y su cultura no fue ni repetido ni explícito
Uno esperaba que a una declaración como ésta, en presencia de la directora iraní Mitra Farahani, que habló de fascismo y cucarachas… uno esperaba que el auditorio entero se pusiera en pie para aplaudir la denuncia, en solidaridad con los artistas perseguidos en Irán.
Qué ocasión más clara que ésta para hacer pública demostración de compromiso con la libertad creativa. Pero no sucedió. Hubo actores españoles muy comprometidos con otras causas que ante ésta no reaccionaron. Una decepción. Una pena.