Monólogo de Alsina: "Pasión por el ladrillo"
Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre las promoción urbanística de Pedro Sánchez, que ha prometido un total de 750.000 viviendas públicas para hacer frente al problema del alquiler en España, un anuncio que llega tras cinco años de gobierno y apenas unos meses antes de las elecciones generales.
Madrid | 26.04.2023 08:52 (Publicado 26.04.2023 08:37)
Pasión por el ladrillo. Y pasión por Doñana. Hay que reconocerle al Gobierno que es perseverante. Como gota malaya. Tiene diagnosticado que su mejor cebo electoral -bueno, baza para que nadie se me enfade- es la vivienda, y ahí está, martilleando cada día: vivienda, vivienda, vivienda.
Le ha caído del cielo, a falta de lluvia, el asunto éste de Doñana, y ahí está, martilleando cada día: Doñana, Doñana, Doñana (beneficios –electorales-- caídos del cielo, o así los ve la Moncloa, no sé si el PSOE andaluz estará de acuerdo). Salvar Doñana de las garras negacionistas del presidente de la Junta… Moreno, Moreno Bonilla, y salvar a los españoles que buscan piso de las garras del neoliberalismo especulador y buitre.
Salvar Doñana de las garras negacionistas del presidente de la Junta y salvar a los españoles que buscan piso de las garras del neoliberalismo especulador y buitre
Pasión por el ladrillo. En diez días ha anunciado las 50.000 viviendas aquellas del mítin de Valencia, las 43.000 del Congreso, las 20.000 del Senado. Van 113.000.
¡Ah, no! Dice el Gobierno que son 183.000,porque hay que meter también las del plan que anunció el ministerio. 183.000 en diez días. Salen 18.300 anuncios de pisos cada día, ni Idealista. He echado la cuenta y, a este ritmo, salen otras 567.000 antes del 28 de mayo. Que sumadas a las 183.000 ya prometidas dan un total de 750.000 viviendas.
La emoción, presidente, de estar construyendo España
Sobre plano, todas son sobre plano o ya ocupadas. Pero bueno, para estamos en la subasta, para hacer proyectos.
Escuchas el Gobierno va a construir te imaginas a Sánchez con el casco blanco, saliendo del módulo de la obra para dirigir a su grupo de albañiles, que son Margarita, Raquel Sánchez y el ministro Bolaños. ‘¿Cómo están esos máquinas? Nivélame esa hilera de ladrillo tosco, Bolaños, que se te ha ido un poco para arriba’. ‘La emoción, presidente, de estar construyendo España’.
Ya está Feijóo aguando la fiesta. El Gobierno no tiene competencias para construir viviendas. Pues se pondrá de acuerdo con quien gobierna en Madrid para que ese suelo del ministerio de Defensa se construya vivienda en alquiler. Ah, que el Gobierno de Madrid es del PP. ¡Ayuso y Almeida! Bueno, pero como el 28 de mayo van a arrasar Lobato y Maroto… Y si no, con el PP. Ya ves tú qué problema. Hacen los pisos entre Sánchez, Ayuso y Ferrovial. Y se cuelgan los tres la medalla. Entregando llaves a los agraciados: te toca el segundo, B, jovencito, enhorabuena. Y el jovencito con cincuenta años y dos hijos porque le prometieron la vivienda asequible cuando iba a la universidad. Son más rápidos los gobiernos proyectando casas que entregándolas.
Feijóo aguando la fiesta. El Gobierno no tiene competencias para construir viviendas
Competencias autonómicas, dice Feijóo. Lo de las competencias autonómicas sólo le preocupa a Patxi López, que es la razón que dio ayer aquí para decirle a Podemos que va a ser que no, que no habrá tope a los alquileres turísticos en la ley de vivienda porque eso es competencia autonómica. O municipal. O de alguien que no es el Parlamento.
Pero Podemos va a insistir. Y es normal que insista. También el PSOE decía que no se podían topar los alquileres y ahora está haciendo bandera de ello. Con razón dice Belarra que la ley de Vivienda ha sido un empeño morado, que no venga ahora Sánchez a colgarse medallas. Pero dile tú a Pedro que renuncie a colgarse una medalla.
Quien lleva la iniciativa ahora mismo es la Moncloa
El debate de ayer en el Senado aportó bien poca cosa. Bueno, una promoción urbanística, pero mucha repetición de eslóganes del presidente y el aspirante. Y eso que el presidente había vuelto a hacer una inmersión en la hemeroteca para sacarle a Feijóo no sólo sus declaraciones de los últimos meses, sino una que hizo en 2014.
Amén. Cómo se ven las cosas según dónde esté uno, si gobernando o queriendo gobernar. En 2014 fue cuando Sánchez dijo que sobraba el ministerio de Defensa. Y que la Iglesia Católica tendría que pagar IBI por todos sus edificios. Y fíjate hoy. Eximiendo del IBI a los Testigos de Jehová, los budistas y los de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Y liderando la OTAN y prometiendo más inversión en armamento para nuestro Ejército. Cambian las cosas.
Ha conseguido Sánchez que la campaña gire sobre los dos asuntos que él calcula ahora más convenientes: la vivienda y Doñana. Y eso es una victoria sobre el PP
Pero ha conseguido Sánchez que la campaña gire sobre los dos asuntos que él calcula ahora más convenientes: la vivienda y Doñana. Y eso es una victoria sobre el PP. Aunque sea parcial y no anticipe el desenlace final de la guerra (por el voto), quien lleva la iniciativa ahora mismo es la Moncloa mientras Feijóo se resigna a ir reaccionando a los anuncios de pisos y la extraordinaria sensibilidad medioambiental sobrevenida del presidente y todo su equipo.
No parece que en su último duelo parlamentario antes de las urnas de mayo haya conseguido Feijóo mejorar su cosecha electoral en un solo voto.
Sánchez se pone el casco azul para reunirse con Lula
Hoy cambia el presidente el casco blanco de la obra por el casco azul del cuerpo de paz. Para verse con Lula. Que está el hombre haciendo equilibrios entre Rusia, China y la Unión Europea. Por Ucrania.
Hoy se va a ver con Sánchez a ver si le persuade de que matice su posición sobre el conflicto. Porque Lula en esto está más con Podemos y Bildu y quienes vienen diciendo que sí, que está mal invadir un país, pero que Ucrania es tan culpable de la guerra como Putin, que la OTAN va provocando y que la Unión Europea está en el seguidismo a los Estados Unidos.
Esto, en la versión edulcorada de Lula, significa que hay que apostar por una mesa de paz y dejar de armar ya a los ucranianos. Un poco lo que está diciendo el chino. Y Zapatero, que ayer publicó una tribuna en El País animando a Pedro a ir de la mano de Lula. ¿Problema? Que Sánchez, desde el minuto uno, viene explicando que aquí el único culpable es Putin y que antes de negociar cualquier acuerdo de paz lo que tiene que hacer el ruso es retirarse. En plena sintonía con el amigo Biden, que le espera en tres semanas en la Casa Blanca, en plena sintonía con la OTAN y en plena sintonía con Borrell, que ha recomendado a Lula viajar primero a Kiev y verse con Zelenski a ver qué le cuenta.
Hoy se pondrá el presidente el casco azul, no para comprarle a Lula su diagnóstico de la crisis de Ucrania pero sí para mediar entre el brasileño y la Comisión Europea
Hoy se pondrá el presidente el casco azul, no para comprarle a Lula su diagnóstico de la crisis de Ucrania ---supongo--- pero sí para mediar entre el brasileño y la Comisión Europea, a la que le han sentado sus declaraciones sobre este asunto como una patada en el bajo vientre.
Úrsula dijo que el chino estaba intentando quebrar la unidad europea. Del brasileño aún no la ha dicho pero igual lo piensa. Y ambos han elegido a Sánchez y Macron como objeto de su campaña persuasiva. Por la influencia que tienen y porque intuyen que pueden ser receptivos. Quién no quiere pasar a la historia como el hombre que devolvió la paz a Europa.