OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Si me queréis, regenerarse"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre el Plan de Regeneración Democrática presentado por el gobierno, a quien le propone algunas medidas que el Ejecutivo podría empezar por aplicarse a sí mismo para hacer nuestra democracia más sana, más sólida, más transparente.

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Carlos Alsina

Madrid |

Ya lo avisamos ayer: no esperen que esta sociedad desinformada, intoxicada, manipulada y víctima de los bulos, le agradezca al presidente la tarea titánica que se ha echado a la espalda para salvar la democracia de quienes la asedian. Viendo los periódicos de esta mañana, ni siquiera los más afines celebran como merece a este gobierno atento al devenir de los tiempos y que detecta y neutraliza los riesgos a tiempo (alabado sea).

Es lo que tiene gobernar de prestado y por obra y gracia del progre Puigdemont

Si los medios críticos, aliados del mal, no le dan el gobierno el menor margen de confianza -uno, al final, cosecha lo que ha sembrado-, pareciera que los afines esperaban algo más que veintiocho folios de enumeración de intenciones la mayoría de las cuales requieren, para traducirse en algo, de una mayoría parlamentaria que el gobierno no tiene amarrada. Cada vez que ayer un ministro dijo ‘vamos a reformar tal o cual ley’ lo que estaba diciendo era ‘queremos meterle mano a tal o cual ley pero ya veremos si tenemos diputados suficientes para hacerlo’. Es lo que tiene gobernar de prestado y por obra y gracia del progre Puigdemont.

No se ha contagiado la prensa del tono épico -y ligeramente impostado- que se gastó el ministro Urtasun para cubrirse a sí mismo de medallas, de hito en hito.

Cada vez que ayer un ministro dijo ‘vamos a reformar tal o cual ley’ lo que estaba diciendo era ‘queremos meterle mano a tal ley pero ya veremos si tenemos diputados suficientes para hacerlo’

Nunca antes se hizo política mediática ni se tomaron decisiones políticas sobre medios de comunicación, no, qué va. Si en España está regulado quién puede optar a una licencia de radio y quién no, cuantos canales de televisión generalista puede haber, qué publicidad pueden incluir los periódicos y cuál no, qué contenidos se pueden difundir según en qué horarios; si en España hay leyes en vigor sobre la protección de la intimidad, el derecho al honor, el derecho de rectificación, el delito de difamación; si en España hay una legislación que establece límites a la concentración y garantías de libre competencia debe de ser porque cayó todo eso un día del cielo sin que nadie supiera por qué, no porque antes de que gobernara Sánchez y antes de que existiera este partido menguante, y muy minoritario, de nombre Sumar los parlamentos en España hubieran hecho política mediática, como dice el orgulloso ministro de Cultura al que la parte socialista del gobierno concedió, generosamente, unos minutos de gloria en la sala de prensa de la Moncloa más en su condición de portavoz de Sumar que de ministro.

Ni una sola de las treinta y una medidas del plan, según el documento del gobierno, afecta al ministerio de Cultura. Ni una. Afectan a Justicia, Economía, Interior, Hacienda… Transformación Digital -sobre todo Transformación Digital, el verdadero ministro para la política mediática va a ser Oscar López- pero ninguna ni a Cultura ni a ningún ministerio de Sumar.

La mayoría de las normas en vigor se aprobaron cuando no había redes sociales

Tiene razón el gobierno en una cosa: la mayoría de las normas en vigor se aprobaron cuando no había redes sociales. Y cuando poner en pie un medio de comunicación requería de fuertes inversiones económicas y de pasar por la ventanilla correspondiente de la administración. Eso es lo que, en realidad, ha cambiado. La facilidad de montar ahora un medio, una web. Incluidas, por cierto, la webs de los partidos políticos que están dedicadas, cada minuto del día, a desinformar a sus usuarios bañándolos en distorsiones y propaganda. Pero como son webs de partidos, quién va a reprochárselo.

Se le agradece, cómo no hacerlo, al gobierno su pretensión de mejorar el debate público, tal como dice su documento. Dentro de una hora tiene la oportunidad de demostrar que esa pretensión es sincera mejorando la calidad del debate público que mantiene cada semana con la oposición en el Congreso. Ese debate, mal llamado sesión de control,que el gobierno ha ido minando y arruinando semana a semana a base de ignorar lo que se le pregunta y soltar mítines que se resumen en el y tú qué, y tú más, y tú peor.

Se le agradece al gobierno su determinación de perseguir la corrupción

Se le agradece al gobierno su determinación en perseguir, como dice el documento, la corrupción pública y privada y detectar y prevenir los conflictos de intereses justo ahora que la esposa del presidente está investigada por presunta corrupción en los negocios, utilizó dependencias de la Presidencia del Gobierno para sus actividades profesionales y tiene a todos los ministros, la fiscalía y la abogacía del Estado ejerciendo su defensa.

Se le agradece al gobierno su determinación en perseguir la corrupción pública y privada justo ahora que la esposa del presidente está investigada por presunta corrupción en los negocios

Y se le agradece al gobierno que quiera poner límites al control que las administraciones públicas puedan ejercer sobre medios de comunicación. Se entiende que medios privados porque los públicos dependen extraordinariamente de la administración de turno y no hay una sola palabra en el documento sobre la mejora de la independencia política de las televisiones autonómicas o la televisión del Estado, por ejemplo.

Se le agradece al gobierno, sólo faltaría, que quiera declarar obligatorio el debate sobre el estado de la nación, qué maravilla, pero entenderá que haya que tomarlo con humor teniendo en cuenta que ha sido este mismo gobierno el que sólo ha querido celebrar un debate de la nación en seis años. Y se agradece que quiera declarar obligatorio acudir a los debates electorales. Pregunta: ¿poniendo condiciones, como hizo Sánchez en 2019 para que estuviera Vox, o sin ponerlas?

Cosas que podría hacer el gobierno sin necesidad de aprobar plan o reforma legal alguna

Lástima que las obligaciones no se extiendan a estas otras cosas -repasemos- que podría hacer el gobierno sin necesidad de aprobar plan o reforma legal alguna. Demos algunas ideas por si sirvieran a nuestro Ejecutivo para predicar con el ejemplo en su encomiable tarea de hacer nuestra democracia más sana, más sólida, más transparente:

· Ruedas de prensa obligatorias del presidente todos los meses en las que puedan preguntar todos los medios acreditados y que sean dirigidas por una asociación profesional de la prensa, no por un empleado del presidente, como ocurre ahora.

· Obligación de quien ejerza la portavocía de responder a lo que se le pregunta en lugar de soltar mítines contra el líder de la oposición en la Moncloa.

· Obligación de difundir cuántos minutos de su tiempo ha dedicado el gabinete del presidente a gobernar y cuántos a distribuir munición contra la oposición entre medios y opinadores. Especificando en qué norma, ley o reglamento está escrito que una de las funciones del gobierno sea denigrar cada día a la oposición.

· Obligación de conceder entrevistas a todos los medios de comunicación en igualdad de oportunidades y en lugar de sólo a aquellos a los que el gobierno quiere privilegiar informativamente, como hace ahora.

· Obligación de difundir, con toda transparencia, las comunicaciones habidas entre el personal de la Presidencia del Gobierno y medios de comunicación: quién ha llamado a quién y con qué motivo. Así, si el presidente llama al director de un medio para presionarle con el fin de que no publique una información que le incomoda, por ejemplo, todos podríamos saberlo y sacar conclusiones.

No lo hará, porque la regeneración, como la autocrítica, es eso que se les hace a los demás

Todo esto puede empezar a hacerlo hoy mismo el gobierno sin esperar a aprobar un plan de treinta folios o a que el Parlamento restrictivo le eche una mano para cambiar leyes. Y por eso no lo hará, porque la regeneración, como la autocrítica, es eso que se les hace a los demás.

Ribera tendrá que compartir gobierno con gente que no es de su cuerda

Teresa Ribera alcanza su objetivo y será vicepresidenta de la Comisión Europea con mando en asunto tan sensible como la Competencia. Son seis las vicepresidencias del gobierno europeo, pero como viene de un gobierno que ha llegado a tener cuatro vicepresidentas no le llamará la atención.

En realidad su reto será compartir gobierno con gente que no es de su cuerda. Esto sí que es un desafío: sentarse en la misma mesa con comisarios que son de derechas, incluso ¡muy de derechas! La reacción, los negacionistas, el atraso, la privación de derechos, todo aquello que predicaba Ribera por los pueblos de España en la campaña de las europeas. Seguro que sabrá sobrevivir, con friegas contra la urticaria, a semejante trago.

Teresa Ribera no se aplica a sí misma el cordón sanitario que le exigía -qué cosas- la vicepresidenta Yolanda Díaz

Esta comisión es muy de derechas fruto de la mayoría parlamentaria, muy de derechas, que eligieron los votantes en las urnas. Hay hasta un vicepresidente ejecutivo del partido de Meloni. Y Ribera pues va a gobernar con él, claro que sí. No se aplica a sí misma el cordón sanitario que le exigía -qué cosas- la vicepresidenta Yolanda Díaz.

¡Y con Meloni, Yolanda, y con Meloni! Dónde habrá visto. (Pues en Bruselas).

El PP hace lo mismo que hizo el PSOE con Arias Cañete

Al portavoz parlamentario del PP, Miguel-experto en generar confusión-Tellado le preguntaron ayer si apoyarán la elección de Ribera en el Parlamento Europeo. Y dijo:

Pero quería decir lo contrario: que harán lo mismo que hizo el PSOE con Arias Cañete, o sea, no apoyarlo. Recuerda bien el PP: el PSOE (año 14) no apoyó a Cañete para comisario. Lo que no recuerda es lo que dijo el PP sobre el PSOE por no apoyarlo. ‘Perjudicaba la imagen de país y demostraba irresponsabilidad y carencia de altura’. Ya que es Tellado quien evoca el precedente Cañete, igual tendría que aplicar a su partido esta segunda parte.