OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Lambán on fire"

Carlos Alsina reflexiona sobre las críticas del presidente de Aragón, Javier Lambán, a Pedro Sánchez; una de las pocas voces críticas con el argumentario oficial de la Moncloa.

Carlos Alsina

Madrid | 01.12.2022 08:46

Doce horas por delante para hacer quinielas, para apostar por alineaciones, para exhibir conocimiento sobre las fortalezas y debilidades del Japón y para opinar, por supuesto, sobre Luis Enrique el streamer. Un mundial no es mundial si no hay pasiones encontradas, en España, sobre el desempeño del seleccionador nacional.

Doce horas, en fin, para que empiece en Onda Cero la narración del Japón-España. Y del Costa Rica-Alemania por lo que pudiera pasar.

La desaparición del delito de sedición

Ya pueden apurar el paso los diputados del Congreso si no quieren que les coincida el partido con la segunda vuelta del debate sobre la desaparición -nada por aquí, nada por allá- del delito de sedición. Perdón, la reformulación de los desórdenes públicos.

Este ejercicio de ilusionismo que hace Sánchez, usando a Patxi López como testaferro, haciendo pasar por una reforma del delito de desórdenes públicos lo que, como diría Junqueras, es la supresión, derogación, desintegración, pulverización del delito de sedición. (Quién mejor para elegir los verbos que la persona para la que está diseñado el ejercicio de prestidigitación).

Hoy toca debatir las enmiendas que presentan los grupos que no forman parte del frente amplio gubernativo, es decir, aquellos que no están por enterrar este delito. Que, naturalmente, serán rechazadas.

El distinto diagnóstico del presidente de Aragón

Todos los diputados socialistas se pusieron en pie la semana pasada, al empezar la votación de viva voz, para hacer visible que no hay fisuras entre ellos. Que si Sánchez dice que ahora toca enterrar la sedición, pues todos a una. Con eso y con cualquier otra cosa que decida.

Ahí estaban los diputados aragoneses del PSOE, cuyo secretario regional se llama Javier Lámbán. Una de las dos últimas voces críticas que, de pascuas a ramos, dicen algo distinto a los argumentarios de la Moncloa. Lambán lo hizo ayer. Frente al ‘España está mejor que nunca’ que formula cada día el requete-presidente Sánchez, este diagnóstico bien distinto que hace el presidente socialista de Aragón.

Javier Lámbán, una de las dos últimas voces críticas que, de pascuas a ramos, dicen algo distinto a los argumentarios de la Moncloa

Peligrosa deriva. Riesgo extremo. Para España como proyecto nacional. Tiene la música del España se rompe que Sánchez siempre usa con sorna para arremeter contra el PP. Sólo que Lambán no es del PP. Gobierna Aragón con Podemos, la Chunta y el PAR. Y ayer afirmó que lo de Cataluña, en contra de lo que sostiene el Gobierno central, no se está solucionando.

Una enmienda a la totalidad a la política territorial y penal de Sánchez

Los independentistas más tranquilos porque su hoja de ruta se va cumpliendo. Y el País Vasco, ya casi desconectado. La conferencia que ayer pronunció el presidente de Aragón es una enmienda a la totalidad a la política territorial y penal de Sánchez. A quien no llegó a referirse por su nombre. Aunque sí afirmó, sabiendo exactamente lo que decía, que si el secretario general del PSOE, después de Rubalcaba, hubiera sido Javier Fernández, a España le habría ido mejor.

Marcar la distancia suficiente como para que en las elecciones de mayo pertenecer al partido que lidera Sánchez no le penalice

Muchos medios titularon ayer esta declaración como ‘a España le hubiera ido mejor sin Sánchez’. No es exactamente lo que dijo Lambán, pero es una interpretación aceptable. Porque cuando uno dice ‘le hubiera ido mejor’ es que está comparando con cómo le ha ido. O sea, que sí, Lambán opina que a España le habría ido mejor con un PSOE dirigido por Javier Fernández que… con lo que en realidad ha habido. Que es un PSOE dirigido por Pedro Sánchez.

No aspira Lambán a desplazar a Feijóo como líder de la oposición al actual presidente pero sí a marcar la distancia suficiente como para que en las elecciones de mayo pertenecer al partido que lidera Sánchez no le penalice.

Marlaska repitió lo que viene diciendo

Todo es zona española según el castastro, pero no debe considerarse zona española sino zona de tránsito el lugar donde, según la BBC y un consorcio de periódicos al que pertenece El País, hubo heridos y un muerto el 24 de junio en Melilla.

El ministro Marlaska cumplió con la previsión y repitió lo que viene diciendo -no hubo muertos, no hubo nada- sin modificar una coma y sin aludir expresamente a los vídeos que aporta el reportaje periodístico difundido anteayer. La tesis del ministerio es que en el lado español de la frontera no hubo irregularidad alguna.

Algún día quizá haya ocasión de preguntar al ministro, vídeo por vídeo, donde sucede cada una de las cosas que están grabadas. Y si el policía marroquí al que se oye decir ‘está muerto’ está en Marruecos, en España, o en esta tierra de nadie que ahora se llama zona de tránsito en la que nadie, se ve, tiene responsabilidades.

Defiende el buen nombre de la Guardia Civil

Sin novedad en la intervención del ministro, más allá de proclamar su determinación de actuar para defender el buen nombre de la Guardia Civil contra quienes hagan imputaciones falsas.

Quien afirme que algo irregular sucedió está cuestionando no al ministerio, dice, sino a la Guardia Civil. Porque no es el ministro el que afirma que nada irregular sucedió sino la Guardia Civil. Y él actuará contra quien haga imputaciones basadas en insinuaciones y especulaciones. Pregunta obligada esta mañana:

¿Va a denunciar el ministro al diario El País por afirmar que se produjeron hecho delictivos en territorio español?

¿Va a denunciar el ministro al diario El País por afirmar que se produjeron hecho delictivos en territorio español cuya responsabilidad corresponde al ministerio? ¿Va a denunciar hoy mismo el ministro ante la fiscalía, o en un juzgado, al diputado del grupo gubernamental Podemos Enrique Santiago, secretario de Estado hasta cuatro días del Gobierno al que él mismo pertenece, por haber afirmado como hecho probado que hubo actuaciones delictivas en el puesto fronterizo?

Podemos, que es tan Gobierno de España como Marlaska, sostiene que es el ministro del Interior el que miente. Mientras duró su comparecencia no hubo ningún ministra ni ministro sentado en el banco azul. Tenían obligaciones que atender, dijo Marlaska. Y seguro que era así.

Tan seguro como que el debate sobre lo que pasó o dejó de pasar en Melilla a la mayoría del gabinete, y a su presidente, les viene interesando bastante poco desde el primer momento. No es el Aquarius. Son treinta y tantos muertos.

Nueva bronca en el Congreso por cortesía de Irene Montero

En el Congreso ayer, a golpe de bronca y llamamientos al orden diarios, fue la ministra de Igualdad la que soliviantó (que no soli-violentó) al grupo popular por imputarle promover la cultura de la violación. Éste fue el pasaje en versión abreviada.

Abreviada, porque duró un ratito la protesta del PP y los llamamientos de la ministra-presidenta Meritxell Batet. Primero llamando al orden al PP y luego reconviniendo a la ministra por lo que dijo.

Esto de la cultura de la violación es un concepto que acuñó el feminismo de segunda ola, he leído, para referirse a los estereotipos que llevan a considerar a las mujeres propiedad del hombre y hacer recaer sobre ellas la responsabilidad de los ataques que padecen.

Al común de los mortales lo de promover la cultura de la violación le suena a celebrar, y fomentar, que se viole a las mujeres

Es de uso común de un determinado ámbito. Pero seguramente al común de los mortales en España lo de promover la cultura de la violación le suena a celebrar, y fomentar, que se viole a las mujeres. Porque hay conceptos que fuera del ámbito, o el círculo, en que se utilizan son fácilmente malinterpretables. Cosa seguramente sabe la ministra a poco que salga de su círculo y frecuente otros lugares y otras gentes.

Dejar la violencia machista fuera del debate partidista

A la presidenta del Congreso, mujer y feminista, Batet, le pareció inadecuada la imputación de la ministra. Y a la ministra de Justicia, Llop, mujer y feminista, le pareció injusto imputar a cualquiera de los partidos que forman parte del Pacto contra la violencia de género, incluido, claro, el PP la promoción de la cultura de la violación.

Hace muchos años, aunque hoy ya cueste creerlo, los partidos políticos que había entonces se pusieron de acuerdo para dejar la violencia de género, o violencia machista, fuera del debate partidista. Es decir, para no estar compitiendo cada día los unos y los otros por ver a quién le dolían más las víctimas y a quién le resultaban indiferentes.